Temporales y chiringuitos: dos grandes enemigos

Imagen del pasado verano del chiringuito de la playa de la Marineta Cassiana

Imagen del pasado verano del chiringuito de la playa de la Marineta Cassiana / A. P. F.

Gonzalo Aupí

Hace solo unos días, durante el temporal que atravesó la península ibérica, algunas playas de la Costa del Sol sufrieron grandes daños, sobre todo a nivel infraestructural. Algunos establecimientos hosteleros, de la misma forma que ha ocurrido con residencias privadas y similares cuando un temporal ha arrasado la Comunidad Valenciana, se han visto engullidos por la vorágine y violencia de las olas.

Estos acontecimientos abren, de nuevo, un debate extremadamente necesario. Y es que, si bien es innegable que nuestro comportamiento para con el planeta está produciendo cambios notables en el mismo (con más agudeza durante los últimos tiempos) es también incuestionable que, si levantamos infraestructuras que casi se cimientan sobre la arena de la playa, debemos ser totalmente conscientes de que la naturaleza, cuando muestre su cara menos amable, no entiende de límite alguno.

Por tanto cabe pensar qué merece más la pena, si continuar edificando (casi) sobre el agua, con los enormes riesgos que conlleva, o trazar un plan de acción en nuestras costas que, a futuro, contribuya a no lamentar este tipo de pérdidas.