El primer gran incendio de la temporada amenaza la Marina

El fuego forestal, que se ha desencadenado entre Tàrbena y Xaló y sigue descontrolado, y ha obligado a desalojar a 180 personas por el momento

Incendio forestal en Tàrbena i Xaló

Toni Padilla

La temporada de incendios apunta a ser larga y complicada en la Comunitat Valenciana. El segundo fin de semana de abril, en el que se han registrado temperaturas en torno a diez grados por encima de la media histórica que se han sumado a vientos racheados, unos índices de humedad bajos y a unos montes secos por la falta de lluvias, es el primer aviso de un cambio de tendencia en el que insisten los expertos y que resulta cada vez más evidente.

En las últimas 48 horas se han registrado al menos siete incendios de diversa gravedad en la autonomía, con la Marina como epicentro. Si el sábado un fuego cerca del Montgó obligó a desalojar a centenares de personas de Xàbia y Gata y quemó unas 200 hectáreas hasta que fue estabilizado, ayer se desató un nuevo fuego a poco más de 40 kilómetros de esa zona, en la Serra de Ferrer, en el término municipal de Tàrbena. A diferencia de los anteriores, este afectó a terreno forestal y que sigue fuera de control.

El primer aviso del que anoche apuntaba a ser el primer gran incendio del año lo dio el servicio de Emergencias de la Generalitat poco antes de las 13 horas. Se movilizaron seis medios aéreos desde el primer momento, pero la complicada evolución obligó a solicitar la colaboración de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y del Ministerio de Transición Ecológica, que movilizó dos hidroaviones desde su base de Torrejón de Ardoz. Además, se desplegaron también diez dotaciones de bomberos de la Diputación de Alicante y siete unidades de bomberos forestales de la Generalitat.

En paralelo, y ante el avance de las llamas, Emergencias optó por desalojar a las personas residentes en los inmuebles diseminados por la zona siniestrada. No se aportaron cifras oficiales, pero algunas fuentes hablaban de 60 desalojados en 40 inmuebles. Para atender a los afectados, Cruz Roja habilitó un albergue en Tàrbena. También se cerraron carreteras de acceso a Parcent y a Bolulla, municipios amenazados por el fuego una vez este superó el Coll de Rates. Con el paso de la tarde también preocupaba el avance de las llamas en Xaló ante el miedo de que el viento pudiera enfocar el fuego hacia su término municipal.

Ante la preocupante evolución del incendio se desplegó en la zona el Puesto de Mando Avanzado (PMA), desde donde se coordinan los grandes fuegos, y comenzaron las reacciones políticas. El president, Carlos Mazón, expresó en Twitter su «preocupación» por el siniestro y la consellera de Justicia, Elisa Núñez, se desplazó al lugar.

Desde allí, la máxima responsable de las Emergencias explicó que la orografía y las altas temperaturas agravaron la situación. Algo que contrasta con el nivel de preemergencia decretado ayer por el departamento que dirige, que fijó el nivel de riesgo más bajo. Núñez también cargó contra la gestión del anterior Consell, criticando la «gran masa forestal» existente en la zona, la cual achacó a la «negligencia» del Botànic.

Por el momento el origen del fuego se desconoce, si bien algunas informaciones apuntan a una quema agrícola descontrolada. Las condiciones meteorológicas que se daban entonces en la zona podrían haber sido claves para su rápida propagación. Según explicó la Aemet, se alcanzaron temperaturas de más de 26 grados, y rachas máximas de viento de 35 kilómetros por hora y porcentajes de humedad relativa cercanos al 30 %.

Es decir, el famoso 30-30-30 que los expertos forestales consideran la tormenta perfecta para que un fuego se descontrole. A ello, además, hay que añadir los efectos del cambio climático y la dramática reducción de las precipitaciones. La propia Aemet explicó que en Tàrbena, desde octubre, se han acumulado 49 litros por metro cuadrado cuando la media es de 649 litros por metro cuadrado, diez veces más. El año más seco hasta ahora había dejado 226 litros, casi cinco veces más que este año.