El PPCV cuida su relación con Vox mientras Feijóo y Abascal se enzarzan

Los 'populares' destacan la "unidad de acción" en el Consell y que los voxistas sean un socio "noble y leal"

PSPV y Compromís cargan contra Mazón por su "política retrógrada e involucionista" un año después de su triunfo electoral

El síndic de Vox, José María Llanos, habla con el síndic del PP, Miguel Barrachina, en el pleno de la semana pasada.

El síndic de Vox, José María Llanos, habla con el síndic del PP, Miguel Barrachina, en el pleno de la semana pasada. / José Cuéllar/Corts

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

De "entusiasmados" a "política retrógrada e involucionista" pasando por el "moderadamente positivo" de los socios minoritarios o la exhibición de la factura económica. Es el balance desigual que los grupos de las Corts realizaron este martes en el primer aniversario de la victoria electoral de Carlos Mazón y que provocó un cambio en la composición parlamentaria y posteriormente en el Consell; de un gobierno de izquierdas de PSPV, Compromís y Unides Podem a un bipartito de PP y Vox, una relación que un año después, y a diferencia de lo que ocurre en España, los 'populares' tratan de cuidar.

PP y Vox soplaron ayer las velas de su vuelco electoral con Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal en plena disputa dialéctica. El líder del PP señaló el lunes en una entrevista en Onda Cero que Vox no es un partido "proeuropeísta" como sí lo es el de Giorgia Meloni, primera ministra de Italia y con quien Feijóo ha defendido pactar. "Meloni es proeuropeísta y por lo que vemos o escuchamos algunos dirigentes del partido de Santiago Abascal no lo son", dijo el dirigente gallego quien agregó que existen "diferencias" entre ambas formaciones.

Feijóo ha lanzado una ofensiva para tratar de devorar a Vox, al que los 'populares' ven como una dispersión del voto en el flanco derecho y que ayuda a la movilización de la izquierda por temor a algunas de sus políticas. De ahí que tanto el líder del PP como la fundación FAES de José María Aznar, síntoma de los movimientos en esta formación, hayan elevado la voz e ido al choque contra este partido. Sin embargo, Feijóo no gobierna con Vox, con quien no sumó la mayoría necesaria, algo que sí hacen Carlos Mazón y el PPCV, quienes un año después de su triunfo electoral optan por cuidar la relación y, si acaso, ejercer el abrazo del oso.

Así lo mostró el "no lo sé" con el que el síndic del PPCV, Miguel Barrachina, esquivó cualquier choque con sus socios de gobierno así como cualquier enmienda al discurso de su partido a nivel estatal. "No lo sé, me quedo con el partido en el que milito desde los 18 años", indicó el portavoz de los populares en la cámara autonómica al que no le hizo falta citar a Descartes ni a Aristóteles para escudarse en el desconocimiento y la duda ante la pregunta de si consideraba a Vox como un partido proeuropeísta.

El síndic del PPCV, Miguel Barrachina, este martes en la junta de portavoces de las Corts.

El síndic del PPCV, Miguel Barrachina, este martes en la junta de portavoces de las Corts. / José Cuéllar/Corts

Barrachina fue más allá y calificó el acuerdo con sus socios como "leal, noble y fiable" con quien tiene una "relación amistosa". No hubo ni reproche ni choque, solo buenas palabras en una estrategia más de abrazo del oso que de confrontación. Línea similar a la de la portavoz del Consell, Ruth Merino, quien remarcó la "sintonía perfecta con Vox", con quien dijo que existía una "total armonia". "Es un consell de acción única, los frutos que está dando son los que la sociedad se merece", señaló como balance del primer aniversario.

Por su parte, los voxistas tratan de revolverse también mostrando la dificultad de equilibrios que supone ser el socio minoritario. Su síndic, José María Llanos, hizo un balance "moderadamente positivo" de este año tras la victoria en el que, han señalado, "ha habido éxitos" aunque ha indicado que no se ha hecho "todo lo que hubiéramos hecho con una mayoría absoluta". Así, destacó que "todo lo que se ha hecho es porque estaba Vox en la coalición", pero ha indicado que de poder gobernar en solitario, habrían clausurado la Agencia Antifraude, la Acadèmia Valenciana de la Llengua no decidiría la normativa del valenciano y "habríamos ido más allá" en la ley de libertad educativa.

"El peor zaplanismo"

El confeti se acaba al llegar a las opiniones de la oposición que han criticado la gestión del Consell de PP y Vox. En este sentido, el síndic del PSPV, José Muñoz, ha calificado la política llevada a cabo por el actual Gobierno valenciano como "retrógrada e involucionista" en libertades y derechos, "pero también a nivel económico". De hecho, ha indicado que esa relación tan buena entre PP y Vox deja claro que Mazón "está asumiendo los ejes de la extrema derecha" lo que le hace ser el "presidente del PP más radicalizado de España" y que además "gestiona fatal" con "recortes terribles" en temas como educación o sanidad. "Es el peor zaplanismo del que nos quedan tres años de travesía", ha remarcado.

Por su parte, el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, ha señalado que este martes no es "un día de celebración, sino un día para señalar que ha sido un año de recortes, de marcha atrás". De hecho, los valencianistas han anunciado que protestarán en más de 100 municipios "denunciando los puntos negros de la acción del gobierno del PP". Asimismo, Baldoví ha pasado la factura del año de PP y Vox a la Generalitat que ha cifrado en 800 millones que "afecta al día a día" de los valencianos con recortes de personal en Educación, condonación de deuda a empresas sanitarias, "bloqueo de infraestructuras" o "negacionismo climático". "Hay mucho que lamentar, han hecho que la vida sea peor", ha sentenciado.

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