Una auditoría que arroja la existencia de «mala praxis» en la gestión de la empresa pública municipal y siembra dudas sobre su contabilidad ha desatado la salida del PSPV del cuatripartito de Canals y ha dejado en minoría al gobierno local. Los siete concejales de GdC, Compromís y EU acordaron el pasado jueves la destitución del portavoz socialista Antonio Orea de las áreas de Patrimonio y Hacienda cuya coordinación tenía asignada. El grueso del ejecutivo atribuye la decisión a la «pérdida de la confianza» en Orea, que en febrero pasado ya fue apartado como delegado de la firma municipal Risoncha en medio de una oleada de críticas relacionadas con la pérdida de subvenciones públicas, la tardanza en regularizar la mercantil administrativamente y las deficiencias detectadas por una inspección en la nave de la misma.

Los resultados de una auditoría encargada en abril por la corporación ha añadido nuevas sombras en torno a la marcha de la mercantil. Fuentes municipales aseguran que el informe pone de manifiesto «una mala gestión», al desvelar que las cuentas de 2017 se cerraron con resultado negativo a pesar de que, en un primer momento, se dibujó un balance positivo. Esta circunstancia ha obligado a «reformular» la contabilidad, aprobada el jueves, mientras los servicios jurídicos del consistorio indagan en el alcance de las anomalías contables y en las posibles responsabilidades. El alcalde, Ricardo Requena, sostiene que se ha reunido con los trabajadores para subsanar las deficiencias y reconducir la gestión, una vez obtenidos los permisos de Industria y adecuadas las instalaciones donde opera Risoncha. Ayer lunes, Requena delegó el área de Patrimonio en el regidor de Gent de Canals Manuel Sanchis y la de Hacienda en Joan Carles Pérez, primer teniente de alcalde y portavoz de Compromís.

El alcalde ofreció al otro regidor socialista con acta en el ayuntamiento, Andreu Lluch, asumir la segunda tenenecía de alcaldía que ocupaba Orea y su puesto en la junta de gobierno local. Sin embargo, tras la destitución de éste, la ejecutiva del PSPV acordó el viernes desvincularse completamente del gobierno, lo que implica que Lluch dejará las ponencias de Medio Ambiente y Gobierno Abierto, aún pendientes de reasignar. Una decisión que deja en minoría a sus hasta ahora socios en medio de acusaciones de «ninguneo» y «chantaje». La formación socialista afirma que el jueves «se amenazó» a Orea con que se le retirarían las competencias si no dimitía y apunta a una «actitud caciquil» y a una deriva «autoritaria» para explicar la crisis. «Después de meses reclamando mayor transparencia y ambición política, vemos insostenible nuestra continuidad», señala en un comunicado el PSPV, para quien la dinámica del ejecutivo «últimamente es más propia del PP que de un proyecto progresista y de cambio». «Después de meses sintiéndonos apartados de ciertas decisiones importantes y viendo como nuestras propuestas eran menospreciadas e ignoradas, se ha generado una falta de confianza mutua: lo mejor que podemos hacer es seguir trabajando por Canals, siendo fieles a nuestro programa electoral, desde la oposición», sentencian.

Fuentes socialistas observan como un «punto de inflexión definitivo» que, según la formación, se enteraron «por casualidad» de la auditoría de las cuentas de 2017 de Risoncha, SLU, encargada, afirman, «a espaldas del grupo municipal Socialista, del Consejo de Administración y de la Junta de General», inciden, rechazando los resultados del informe, que rebajan a la calificación de «pseudoauditoría». «Creemos que no es la mejor forma de mantener la confianza en un equipo que quiere trabajar por mejorar nuestro pueblo», continúan. La agrupación socialista asegura que propuso la «contratación legal, transparente e independiente» de una auditoria de los últimos 5 años de la empresa pública porque el PSPV «no tiene nada que esconder en su gestión» y quería «abrir las cuentas a la ciudadanía». Sin embargo, sostienen que «se ha hecho oídos sordos» a este planteamiento. Los socialistas han respaldado la gestión en la firma pública de Orea, muy señalado por el resto de formaciones.

Cruce de reproches

El alcalde Requena aclara que «en ningún caso se ha actuado contra el PSOE» y rechaza los reproches de este partido, a tiempo que manifiesta que «no se ha ocultado nada» y circunscribe la pérdida de confianza a Orea, a quien desde el ejecutivo acusan de «lanzar balones fuera» para no asumir responsabilidades.

En cambio, los socialistas consideran que fueron «enormemente generosos» en 2015 al ceder a Compromís y Gent de Canals la alcaldía «sin pedir nada a cambio», todo ello, aseguran, «por un objetivo común: cambiar la forma de hacer política que veníamos sufriendo en los gobiernos del PP». «El PSPV creía posible un gobierno plural dando cabida a todas las opiniones políticas para llegar a puntos de entendimiento con la transparencia como eje fundamental». La formación cree que ha faltado «persuasión para diseñar un proyecto común de pueblo, lo que hubiera clarificado los objetivos y el trabajo de cada área».