Hay una canción de los Secretos con título Volver a ser un niño, una evocación a aquello que ya no se tiene con el paso de los años. En el caso que nos ocupa cada semana, el Olímpic, no pienso en épocas gloriosas anteriores, que las hubo, sino en volver a nuestra situación de principios de temporada, y eso que era ya complicada. Tras esa asamblea en la que se apostó por Sudeva, en la que intervinieron los capitanes y el entrenador, nos llegó un nuevo impulso representado por la futura SAD, un futuro con problemas para solventar pero esperanzador. Y ese impulso se tradujo en el buen rendimiento del equipo, con su buen juego, con los resultados, con los goles, en ser líderes del grupo durante muchas jornadas. Tan bien nos fue que exportamos jugadores.

No han pasado años, sólo unos meses. Y ahora el entrenador y todos añoramos el Olímpic de hace unos meses. A eso se aferra Jero López cuando habla ante los micrófonos: por una parte aprovechar el trabajo hecho entonces que nos ha mantenido en promoción; y por otra recuperar el juego y los resultados.

Esta semana nos espera un partidazo en Atzeneta, más vital de lo esperado por nuestra dinámica negativa y por la suya positiva. Una jornada que puede acabar de sellar nuestra crisis y pasar de ser perseguido y depender de nosotros, a ser perseguidor y depender de los demás. Demasiados cambios en unos meses. Hemos pasado de niños a ancianos. De verdad que confío en encontrar el elixir que nos devuelva la juventud, que nos devuelva el juego perdido, el juego y los goles. Quiero vivir una nueva promoción de ascenso, y muchos de ellos se la merecen.