Un total de 150 niños y niñas de entre 3 y 12 años finalizaron ayer su participación en la Escola d'Estiu Municipal de Ontinyent. La edición de este año del curso, que ha debido adaptarse a la situación de crisis pandémica, ha contado con el doble de las plazas habituales, y se ha dispuesto de tres sedes para desarrollar la programación, con grupos de máximo 10 participantes. El concejal de Educació de Ontinyent, Óscar Borrell, reivindicó el trabajo realizado «para alcanzar un verano rico, pedagógica y emocionalmente, para los más pequeños de la ciudad», explicó. Katty Ushiña, regidora de Infancia, destacó la ayuda a la conciliación familiar que ha supuesto la Escola d'Estiu, y Paula Soler, concejal de Política per a les Persones, destacó que ha servido para desarrollar el programa de apoyo a las familias.