Una nueva edición de l’Angelet de la Corda de Alfarrasí. La Foguera de las fiestas de l’Esperança de Guadasséquies. La procesión del Crist de Bellús. Santa Catalina en Sempere; una cena de las amas de casa, el combregar, las bendiciones de animales por Sant Antoni, un concierto de la banda de música local... El artífice de que todas esas modestas manifestaciones populares tuvieran su repercusión mediática más allá de los límites de cada pueblo fue Pep Bataller Esparza, y este sábado moría recién cumplidos los 79 años tras un derrame cerebral sufrido días atrás.

Pep cerró hace poco más de un año su longeva trayectoria como corresponsal de Levante-EMV en media docena de pueblos de la Vall, en especial su Bellús, que había arrancado en 1972 en aquella miscelánea del antiguo Levante que se llamaba Región, para unirse en los 90 a la nueva edición comarcal de la Vall d’Albaida. Fueron más de 45 años en los que, en muchos de ellos, la única voz en la prensa de localidades como Sempere —el pueblo con menos habitantes de la provincia de Valencia— Benissuera, Bellús, Guadasséquies, Alfarrasí y Montaverner fue la que Bataller les dio a través de las pequeñas reseñas, breves y noticias publicados con perseverancia en este diario. Esta delegación le rindió un sencillo reconocimiento en octubre de 2019 porque Pep quería ceder el testigo. Le sustituye desde entonces en la corresponsalía Esther Sanz.

Pep estaba casado con María Esther Cucarella y era padre de Maria José y Guillermo, casados con Gregori y Susana. Tenía dos nietas, Nuria y Ana, hijas de Guillermo y Mª José, respectivamente. Toda su trayectoria laboral transcurrió en la famosa fábrica de toallas El Trovador, de Alfarrasí, donde fue conserje entre otras facetas. Pero junto con ello, Pep fue una persona eminentemente rural que atesoraba unos sabios conocimientos sobre agricultura. Cultivaba olivas, calabazas, sandías, tomates... Y tenía unos contactos que le permitían estar al día sobre política y anticipar para este diario noticias que la redacción corroboraba después. Eso sí, desde su corresponsalía de Els Poblets del Riu —denominación popular con la que se conoce esta media docena de pueblos en torno al río Albaida— siempre brindó especial atención a las manifestaciones de carácter religioso, de ahí que el párroco de Bellús, José Andrés Boix, elogió en la misa funeral del domingo en la parroquia de Santa Ana la «enorme labor por visibilizar estos pueblos» que desplegó como corresponsal Pep Bataller y las «cientos de reseñas que publicó en Levante», alabó el sacerdote. Boix, que en 2017 asumió las parroquias de Sempere, Guadassèquies y Bellús, sumando de ese modo las de Montavener, Alfarrasí y Benissuera, que ya regía desde años antes, dijo que sus pequeñas y modestas noticias «dejarán memoria de estos pueblos».

Entre los asistentes a la despedida de Pep estaba el alcalde de Alfarrasí y conseller de Cultura de la Mancomunitat de Municipis de la Vall d’Albaida, Federico Vidal, quien recordaba su gran labor de difusión en este diario de muchas de las celebraciones de la comarca en general y de su municipio en particular, en especial de l’Angelet de la Corda, una tradición que Bataller ha contado año tras año hasta su reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Provincial en 2016. Cada edición, Pep adelantaba en exclusiva para este periódico la elección de la niña que ejercería como angelet el Domingo de Resurrección en Alfarrasí.

El delegado de Levante-EMV en la Costera, la Canal y la Vall d’Albaida, Agustí Garzó; la redactora Ruth Tomàs y el fotógrafo Agustí Perales Iborra acudieron al sepelio en representación de este periódico. Tras la misa, el cortejo fúnebre se desplazó hasta el cementerio de Bellús para arropar a los familiares en el último adiós a Pep.