“Gemma, guaita les flors, que són boniques”. Con esta poética imagen, Joan Baptista Humet, se coló en las casas españolas a través de la radio, en los años 70, con una canción, Gemma, dedicada a su hermana pequeña que padecía poliomielitis. Su historia conquistó a los oyentes hasta convertirse en una de las canciones más populares de la música en catalán.

Pero los orígenes de Humet, desconocido para muchos, están en la localidad valenciana de Navarrés. De allí era originaria su madre y, a pesar de vivir en Terrassa, fue en Navarrés donde pasó todos los veranos de su infancia y adolescencia. Tanto era el amor de Humet por su pueblo natal que le dedicó una canción, Otoño en Navarrés; y fue allí donde fue enterrado en 2008 – una de las imágenes que recoge la exposición por el 150 aniversario de Levante-EMV – por deseó expreso del cantante.

Tras su muerte, la asociación ‘Amigos de Humet’ trabaja para que el legado del cantante “perviva en el recuerdo”, explica Francisco Martínez, miembro de la entidad, pero sobretodo fan y amigo personal de Joan Baptista Humet. Desde hace más de 14 años, los socios se han dedicado a buscar, comprar y recolectar todo el material gráfico relacionado con el cantante con el que, ahora, tratan de crear un museo especializado en la ciudad. No solo eso, sino que no han cejado en su empeño de mantener vivo su recuerdo, a través de diferentes actividades.

Como recuerdo, celebraron dos actos de homenaje en el año 2009 – uno en su ciudad Navarrés y otro en Barcelona – en el que participaron artistas de renombre. Llevan años impartiendo charlas en los institutos de la zona para difundir la figura de Humet. Desde el año 2011, organizan el festival ‘Otoño en Navarrés’, por el que han pasado más de 100 cantautores como Rozalén o El Kanka. En el mes de septiembre, presentarán un libro biográfico sobre el artista de Navarrés. Y, además, esperan poder lanzar las canciones inéditas – grabadas por Humet – que han rescatado en los últimos años.

“Gracias a nuestro trabajo, la figura de Humet es ahora más conocida que hace unos años. La gente va conociendo su figura y su aportación”, confiesa Martínez con cierto orgullo; aunque reconoce que sigue siendo desconocido para el público general. “Lo conocemos los seguidores de sus inicios; las nuevas generaciones, no”.

Esto es resultado también de la trayectoria de Humet. Empezó cantando en Navarrés, con una guitarra que se compró en Xàtiva después de conseguir unos ahorros trabajando en la fábrica de su abuelo. Y por un golpe de suerte, se convirtió en telonero de Lluis Llach y cantó con Serrat sobre los escenarios.

Ese solo fue el preámbulo de una carrera exitosa. “Nunca fue un cantante de masas pero, en la época, todo el mundo lo conocía”, explica su amigo. Tanto es así, que consiguió ser disco de oro; años antes de abandonar el catalán para llegar a más personas y, una década antes, de pedir la carta de libertad a su discográfica, en el año 1986, cuando ésta le quiso imponer un disco flamenco. Ahí se perdió su pista musical y, aunque regresó con un disco autoproducido en el año 2004, la enfermedad, el cáncer, impidieron que continuara con su carrera y con su vida.

Sin embargo, continua siendo la banda sonora de amigos y admiradores como Francisco. “Su música me revuelve cada vez que la escucho. No puedo quedarme con una canción”, responde cuando se le pregunta que escoja solo una. Canciones que suenan a otra época, pero “que siguen siendo de actualidad” con letras que versan sobre temáticas sociales y reivindicativas.

Desde Navarrés, Francisco y el resto de miembros de la asociación ‘Amigos de Humet’ siguen reivindicando el origen de un cantante que “siempre ha sido más conocido que fuera que en su propia comarca”. Lo hacen por respeto, por admiración y por querer perpetuar de uno de los “dos o tres mejores cantautores del país”.