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La normativa bloquea una millonaria inversión para reactivar 7 masías en Moixent

El Proyecto Origen busca poner en valor las construcciones abandonadas y los cultivos tradicionales en les Alcusses y la sierra de la localidad a través del desarrollo de una agroindustria que choca con las normas de protección municipal

El empresario Manuel García-Portillo, al centro, junto a la consellera Mollà. | LEVANTE-EMV

El empresario Manuel García-Portillo tenía un sueño «ilusionante», pero ahora asegura sentirse como si se encontrara inmerso en una película de terror. Hace siete años comenzó a gestar el proyecto «Origen», con la idea de reconectar con la tierra de su infancia, Moixent, a través la recuperación de masías abandonadas y cultivos tradicionales. La idea, según el fundador de Tecnidex y del grupo MGP, es «poner en valor el territorio» de manera «innovadora y sostenible» mediante el desarrollo de una agroindustria —cuyos productos llevarían la marca «Terres del Guerrer»— que a la vez brindara alojamiento y experiencias a los visitantes.

Pero las restricciones de la actual normativa municipal que blinda la zona de les Alcusses y la sierra de Moixent complican la concesión de licencias para la actividad que se pretende y son incompatibles con muchos de los planteamientos recogidos en la iniciativa empresarial, que partía de la previsión de invertir diez millones de euros. La regulación, por ejemplo, impide ampliar las masías, que se habiliten para el almacenamiento de envases y embalajes o que puedan contar con la infraestructura logística necesaria en las fincas. «Los envases los tengo que poner en el polígono industrial y no se nos permite hacer una casa auxiliar para el casero ni contar con una piscina, solo con balsas de riego», resume García-Portillo, que reivindica la necesidad de un cambio en la legislación para «adecuarla a la realidad actual» y a los usos con tal de permitir que haya oportunidades de rentabilidad en el territorio «si realmente se quiere poner en valor», señala el empresario. «En la zona faltan infraestructuras bien dotadas y ahí es donde está poniendo el esfuerzo el proyecto Origen: en la reconstrucción de casas de campo para acoger a personas y poner en valor su agricultura, dando trabajo a la gente local», apunta. «Si no queremos una España Vaciada hay que tomar decisiones de verdad, reales y prácticas, para que no se vacíe. Sin actividad económica las masías seguirán derruidas», censura mientras la conexión telefónica se interrumpe. Internet es otro condicionante.

La consellera de Agricultura y Desarrollo Rural, Mireia Mollà, ha conocido esta semana de cerca el proyecto Origen aprovechando una visita a la vendimia en Moixent. La titular del ramo mostró su interés por una iniciativa que puede ayudar a paliar la despoblación y aportó ideas y posibles soluciones a las dificultades con las que se está encontrando el promotor, aunque desde su departamento recalcan que no forman parte de las competencias de esta conselleria.

En la visita también estuvo el alcalde de Moixent, Guillermo Jorques. García-Portillo valora el hecho de que tanto este como Mollà mostraran su predisposición para abordar los necesarios cambios normativos que se precisan de cara a intentar solucionar los «puntos críticos» de la inversión. Este diario se puso ayer en contacto con Jorques pero no obtuvo respuesta.

Siete años invirtiendo

El empresario hace hincapié en que lleva 7 años invirtiendo en la rehabilitación de masías —ya ha recuperado varias de un total de siete que conformaban la idea inicial— y todavía aguarda a que la situación se aclare, sin haber visto aún ningún ingreso. «Una cosa es que la normativa proteja y otra que no deje hacer. Si solo se puede gastar y comprar propiedades pero no ingresar es imposible que algo así sea viable y se mejoren las condiciones en el campo», subraya. «No puede ser que para cualquier actividad agroindustrial te envíen al polígono industrial, cuando puede desarrollarse perfectamente en la propia zona donde se cultiva el producto de forma más sostenible que teniendo que transportarlo», insiste.

El proyecto Origen va más allá de las actividades agroindustriales: también pretende crear un club de encuentro en grupo en torno a la naturaleza con actividades culturales y de enoturismo.

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