Xàtiva, la capital olvidada de la Germanía

Una jornada rescata la resistencia que planteó la ciudad ante los abusos de los poderosos

El investigador Vicent Terol, a la derecha, conversando con Alfred Boluda Amor Amorós. | PERALES IBORRA

El investigador Vicent Terol, a la derecha, conversando con Alfred Boluda Amor Amorós. | PERALES IBORRA / Salvador català. Xàtiva

Salvador català. Xàtiva

La Casa de la Cultura acogió el jueves un acto organizado por Xàtiva Unida para conmemorar la efeméride del 500 aniversario de la Revuelta de les Germanies, con la intervención del historiador y archivero de Ontinyent, Vicent Terol Reig, máximo experto en una temática que en 2002 centró su tesis doctoral «Un regne sense cavallers?. La germania en la sotsgovernació de Xàtiva», que ha actualizado constantemente con la publicación de numerosos artículos.

Alfred Boluda ejerció de cicerone en la cita, planteando la misma pregunta que ya se realizó durante las XI Jornadas d’Arte i Història, organizadas por la editorial Ulleye en el 2019, para conmemorar la revuelta que sacudió la Xàtiva hace cinco siglos, y que atrajo a varios expertos del tema, entre ellos al ponente invitado, sobre el escaso interés de las instituciones públicas valencianas en financiar la celebración del aniversario de les Germanies, que contrasta con el interés que sí despierta el rememorar la figura de Jaume I, o la de la desfeta d’Almansa, cada 25 d’abril.

Abrió el turno de palabra el doctor Terol, recordando que, en Castilla, ocurre todo lo contrario que en Valencia, donde la revuelta de las Comunidades sigue presente en homenajes y recordatorios institucionales, y en la vertebración política territorial, incluso, con la creación de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, lo que tildó como ejemplo, de que la historia, siempre vuelve al presente, de alguna u otra forma.

El ponente advirtió de los anacronismos, consecuencia de intentar entender el pasado, con la perspectiva del presente. Y, para ello, quiso matizar que aquella sociedad del siglo XVI era profundamente conservadora, poco amante de los cambios, muy religiosa e intolerante hacia otros credos, además de extremadamente violenta, mucho más que en el presente actual, y perturbada cíclicamente por una constante crisis inflacionista causada por la masiva afluencia de metales preciosos generada por el descubrimiento de América. Bajo el influjo de aquel universo de mentalidades, la revuelta se inició en València capital en 1519, donde el cambio de dinastía, la tardanza del emperador Carlos en jurar los fueros de Valencia, el vacío de poder creado en la ciudad tras la huida de la nobleza dirigente para escapar de la peste, o la decisión de armar los gremios para defenderse de posibles ataques piratas, llevaron al uso de la violencia para hacer oír las reivindicaciones de menestrales contra la oligarquía urbana, de campesinos contra señores, y de imposición de la uniformidad cristiana sobre las minorías mudéjares, a través del bautismo forzado.

Revuelta antiseñorial

Para el investigador Vicente Terol, por lo tanto, no fue un movimiento inspirado en una ideología concreta, de tipo revolucionario, sino en una revuelta que aglutinó diversos grupos sociales e intereses, que buscaban corregir injusticias, ganar privilegios, o que aprovechó también la coyuntura bélica, para imponer la uniformidad religiosa cristiana, de la que la protesta tomó el principio de solidaridad y de germanor propio de fe católica, como factor de cohesión de múltiples reivindicaciones, con cuyo nombre pasó a la historia la revuelta.

Por todo ello, fue ya definida como una guerra civil valenciana por los autores clásicos, Viciana, Bellot y Escolano, donde Xàtiva se convirtió en la capital sur de la revuelta y, tras la caída de Valencia, continuó arraigando la rebelión. Sus motivaciones, en opinión de Vicente Terol, fueron muy diferentes a las de Valencia, y se centraron en protestar y hacer frente a las amputaciones que sufría su término general y particular, al conceder el monarca tierras de realengo, para que se convirtiesen en baronías y señoríos a merced de nobles, que aprovechaban su condición privilegiada para imponer sus derechos jurisdiccionales con todo tipo de violencias. Ello hizo que Xàtiva se convirtiese, en opinión del investigador, en referente de la revuelta antiseñorial más formidable de la historia valenciana, y que quedará impregnada en la memoria colectiva como símbolo de resistencia ante los abusos de los poderosos. Situación que se iría repitiendo a lo largo de su historia, desde la Guerra de Sucesión hasta la Guerra Civil.

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