Con los precios del aceite disparados y empujados por el temor a perder la producción por los robos o las inclemencias del tiempo, el número de particulares interesados en recoger cuanto antes sus propias aceitunas para destinarlas al autoconsumo se ha multiplicado exponencialmente este año. La almazara de Pepe Ginia de Navarrés no da abasto: abrió sus puertas diez días antes de lo previsto y ya lleva molturados 200.000 kilos, una cifra más alta de lo habitual.