La 'fiebre del oro líquido' desborda las almazaras: "Nos traen hasta las olivas de las rotondas"

La lista de espera para molturar llega a los 15 días en algunas instalaciones por el auge de particulares que recogen sus aceitunas para autoconsumo ante los elevados precios

El adelanto de la campaña y el clima reducen el rendimiento, aunque la calidad del aceite está cumpliendo las expectativas

La campaña de la oliva desborda las previsiones

Perales Iborra

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Con los precios del aceite disparados, el número de particulares interesados en recoger cuanto antes sus propias aceitunas para destinarlas al autoconsumo se ha multiplicado exponencialmente este año. Las almazaras de la Canal, la Costera y la Vall d'Albaida no dan abasto desde que abrieron sus puertas, la mayoría de ellas antes de lo previsto, para atender la impaciente demanda de clientes y socios, temerosos de perder la producción por los robos o las inclemencias del tiempo. 

"La gente se ha tirado descosidamente a recoger aceituna; hay quien llevaba siete años sin coger y ahora mismo se está recolectando toda: nos están trayendo hasta las olivas de los árboles que hay en las rotondas", cuenta José Rodenas, propietario de la almazara Pepe Ginia de Navarrés, que se encuentra "totalmente copada" y dando fecha para dentro de 15 días a los que llaman preguntando por cuándo pueden llevar su cosecha.

Por sus instalaciones se han molturado 200.000 kilos de aceitunas desde que la maquinaria comenzó a rodar el 20 de octubre, 10 días antes de lo habitual. "Es una cifra muy alta, superior a la media", apunta Ródenas, que contabiliza 727 albaranes en estas dos semanas y media. La almazara de Pepe Ginia ha ampliado fronteras y está atendiendo a muchos clientes de Riba-roja, Albal, Picassent o la Ribera. "La gente tiene miedo de que les quiten las olivas o perderlas", señala el responsable de la firma, que abre a las 7 de la mañana y prevé terminar el grueso de la campaña antes del puente de la Purísima si se mantiene este ritmo frenético.

La cooperativa Sant Pere de Moixent, que trabaja con una variedad de aceituna de recolección más tardía, comenzó el lunes a recibir la producción de sus 750 socios, con una media de 40 a 50 toneladas diarias, después de dos semanas volcada en el aceite premium y en las fincas más grandes, con cultivos superintensivos.

La técnica agrícola y responsable de calidad de la entidad, Pavlina Peteva, también apunta a un volumen de aceitunas "superior a la media" que duplicará la cosecha "catastrófica" del año pasado. Este año, la cooperativa calcula que molturará entre 1,2 y 1,5 millones de kilos, cuya liquidación sitúa de momento en torno a 1,1 €/kg, aunque "depende de muchos factores".

Peteva observa que los rendimientos del aceite están siendo "bastante mejores" que en 2022, si bien la aceituna está por lo general deshidratada por la escasez de lluvias y le falta madurez. De hecho, la cooperativa de Moixent ha empezado este año más tarde a tratarlas con la idea de que el fruto acumulara más grasa.

El responsable de la almazara de la cooperativa de Ontinyent, Vicente Tolsà, señala que los rendimientos están siendo un poco bajos porque los olivos se han visto castigados por las circunstancias climatológicas, aunque la calidad del aceite está resultando "muy buena".

Rendimientos bajos

La cooperativa de Ontinyent recogió en los tres primeros días de campaña 60.000 kilos de aceituna, lo mismo que el año pasado en 15 días. Ayer ya llevaba molturados 350.000 kilos y la expectativa es superar los 1,5 millones o incluso llegar a 2 millones, tanto de socios como de no socios. "La gente no tiene aceite, está caro y estamos viendo una euforia por adelantar la cosecha, pero todavía es muy pronto: tenemos dos meses por delante", tranquiliza Tolsà, que advierte de que si el fruto está más verde, la calidad es mayor "pero el rendimiento del aceite es bajo". "Antes mucha aceituna se quedaba abandonada y este año los precios están alegres y se va a recoger toda, hasta la de las rotondas", mantiene.

Todos los especialistas consutados por este diario comparten la sensación de que los precios se van a mantener en números altos, al menos hasta la primavera que viene, alimentados por la falta de cosecha en Andalucía, que tira del mercado. "A lo mejor bajan un poco, pero no mucho, porque España no tiene reservas de aceite", augura Tolsà. "No vamos a tener suficiente aceite para enlazar esta campaña con la otra", incide Pavliva Peteva.

Las fuertes rachas de viento de la última semana han afectado a parte de la producción de la Costera, la Canal y la Vall, si bien los productores confían en que las pérdidas provocadas no son alarmantes.