El roble valenciano recupera terreno frente al pino en el monte de la Font

El Servicio de Vida Silvestre de la Conselleria de Medio Ambiente, a través de las Brigadas Natura 2000 ligadas a la empresa pública Vaersa, está desplegando una serie de trabajos silvícolas de conservación y gestión de hábitats en el término municipal de la Font de la Figuera.

La actuación, diseñada con la colaboración del agente medioambiental y los técnicos de la administración autonómica, pretende favorecer el desarrollo de núcleos de quejigo (o roble valenciano) localizados en el seno de un pinar ubicado en el entorno del Barranc del Regaixo, concretamente en la partida Tollet de Villampedro, con el propósito de que actúen como focos dispersores de la especie.

La parcela se encuentra dentro del Monte de Utilidad Pública V094 “Caleruelo y agregados”, propiedad del Ayuntamiento de La Font de la Figuera, gestionado por la Conselleria de Medio Ambiente y perteneciente a la Zona Especial de Conservación (ZEC) Serra d’Enguera. El enclave forma parte de la Red Ecológica Europea Natura 2000.

La Font acude a la conselleria para delimitar las zonas públicas y privadas del monte Caleruelo

Las conversaciones previas con los propietarios de las fincas de los alrededores permitieron concretar la existencia en esta zona de una una antigua población de quejigos de grandes dimensiones, que fueron talados en el marco de un aprovechamiento maderero. Los árboles que se observan ahora proceden de cepa (monte bajo) y también se observan ejemplares de sabina (Juniperus phoenicea) en las zonas más altas y alejadas al barranco. 

Según explican fuentes de Vaersa, el objetivo prioritario de esta intervención pasa por potenciar dos hábitats de interés comunitario conformados por matorrales arborescentes de Juniperus spp.y áreas subestépicas de gramíneas y anuales de Thero‐Brachypodietea. También va a reducirse la carga de combustible en esta porción de monte, atacando la densidad de vegetación para contribuir a la prevención de incendios.

En ese sentido, en el Regaixo se están desplegando tratamientos silvícolas que buscan la conservación y mejora de la masa, favoreciendo a quejigos (Quercus faginea), sabinas (Juniperus phoenicea), enebros (Juniperus oxycedrus), carrascas (Quercus ilex), madroños (Arbutus unedo), aladierno (Rhamnus alaternus) y espino negro (R. lycioides) entre otras, en detrimento del pino carrasco (Pinus halepensis), una especie muy abundante por todo tipo de medios y altitudes bajas y medias al haber sido favorecido por las actividades humanas.

La actuación contempla la reducción de la carga de combustible para prevenir incendios y la retirada de pies de pinos doblados, caídos y tronzados por temporales de nieve y viento

Estos últimos ejemplares de pino también presentan muchos pies doblados, caídos y tronzados por temporales de nieve y viento que serán apeados durante los trabajos efectuados con el fin de evitar plagas y enfermedades en la masa.

La superficie total de la actuación abarca aproximadamente 13 hectáreas en las que fundamentalmente se están practicando desbroces de matorral; podas de formación y resalveos de robles valencianos y encinas, además de la eliminación de competencia mediante los clareos de pino carrasco.

Con los fustes y ramas de grandes dimensiones procedentes del clareo de pinos se están construyendo faginas en cordones a curvas de nivel que ayuden a evitar la erosión en las zonas con mayores pendientes.

También se contempla una plantación de refuerzo de las especies estructurales, que a su vez aportan alimento a numerosas aves y mamíferos, sobre todo en invierno, época en la que los gálbulos y frutos alcanzan su madurez. Por último, se prevé la adecuación de puntos de agua que puedan ser aprovechados por la fauna en época estival y de escasez de lluvias.