Xàtiva se rinde a la moda de las barberías

Los negocios vinculados al cuidado de la imagen masculina se han multiplicado en la ciudad en los últimos años con una potente cartera de clientes que está desplazando a otras actividades tradicionales

La actividad resurge impulsada por jóvenes emprendedores, con una cuidada estética entre lo clásico y lo moderno

Las barberías, un negocio en auge en Xàtiva

Perales Iborra

Sergio Gómez

Sergio Gómez

Los postes de barbero se han multiplicado a una velocidad galopante y ya colonizan casi todos los barrios de Xàtiva. Desde la Edad Media, los pirulís verticales con hélices de rayas rojas, blancas y azules se colocan en la puerta de aquellos establecimientos que se distinguen como barberías. Después de situarse durante un tiempo al borde del precipicio de la extinción, estos negocios están viviendo su particular era dorada, reconvertidos en adalides de la nuevas modas masculinas.

Como sucedía hace décadas, las barberías vuelven a ser un lugar de culto para muchos hombres: en Xàtiva han experimentado un potente auge en los últimos años, sobre todo tras la pandemia del coronavirus. Al menos una decena de ellas han irrumpido en las calles de la ciudad marcadas por un patrón similar: son peluquerías para hombres que conservan el aspecto clásico de las barberías de toda la vida, pero con una estética más moderna y una decoración muy cuidada, adaptada a las modas urbanas.

Los populares degradados y el cuidado de las barbas son las especialidades de estas actividades que suelen estar regentadas por jóvenes que emprenden por primera vez en un sector al alza, que hace años vivió su particular eclosión en las grandes ciudades y que ahora ya está completamente asentado en localidades más pequeñas, de tamaño medio.

Este es el caso de Sergio Martos Perucho, que a sus 32 años acaba de abrir las puertas de la última barbería que ha levantado la persiana en la capital de la Costera. La peluquería, ubicada en la calle Escultor Esteve, ha devuelto la actividad a un bajo comercial dedicado con anterioridad a la venta de muebles que se había quedado vacío ante la inminente liquidación por jubilación de la anterior empresa arrendataria, Hegoval, con sede en Anna.

Sergio Martos, en la barbería que acaba de abrir en Xàtiva, con un piano y una guitarra como elementos decorativos.

Sergio Martos, en la barbería que acaba de abrir en Xàtiva, con un piano y una guitarra como elementos decorativos. / Perales Iborra

Sergio Martos había trabajado durante cuatro años en una peluquería de Xàtiva, pero su relación laboral se terminó en diciembre de 2023 y se quedó en el paro. Durante estos últimos tres meses ha estado preparando con mucha dedicación el nuevo negocio, que se estrenó el pasado martes.

El propietario ha apostado por un estilo de barbería "más clásico", que "llama la atención", con la voluntad de transmitir al cliente la sensación de que uno no solo va a allí a cortarse el pelo. "Quiero que la gente se sienta a gusto, como en casa, que sea una experiencia para ellos", explica Martos, que ha integrado la música como un factor muy presente en la estética del local. En su interior se exhiben bien visibles un piano y una guitarra dentro de una escenografía con reminiscencias anglosajonas, algo que comparten muchos de estos nuevos establecimientos.

Corte de pelo en la Barbería de Sergio.

Corte de pelo en la Barbería de Sergio. / Perales Iborra

Los primeros días de "La Barbería de Sergio" han ido como la seda a nivel de clientes, un síntoma de que las peluquerías para hombres aún tienen cuota de mercado para rato. "Se me ha llenado la semana en seguida y no he estado parado en ningún momento, lo que se agradece", subraya el responsable de la firma. Lo mismo sucede en otros locales similares que operan a lo largo y ancho de Xàtiva, en algunos de los cuales hay lista de espera y cuesta incluso encontrar hora. 

Corte de pelo cada dos semanas

Sergio atribuye la proliferación de las barberías al hecho de que los hombres cuidan mucho más su imagen que antes, al calor de las nuevas masculinidades. "Los chavales jóvenes siempre quieren llevar el degradado perfecto y hay algunos que cada dos semanas pasan por la peluquería para perfilárselo", incide el barbero.

El furor de los degradados y las barbas han consolidado una clientela que acude a la peluquería de forma más asidua

Por otra parte, el fenómeno de las barbas que trajo la moda hipster también explica en buena medida el crecimiento del sector. "Antes uno se recortaba la barba en casa, se la repasaba y ya está, pero ahora queremos que quede perfecta y, además, a los clientes les gusta la experiencia de estar tumbados, con la toalla caliente. Se quedan muy relajados", explica Martos, para quien la práctica de arreglarse la barba en la barbería se relaciona con «un momento de relax», en mundo dominado por las prisas y el estrés. «Hay clientes que se quedan dormidos», confiesa.