Es curioso cómo una asociación que ni siquiera ha conseguido firmar un convenio que regule las condiciones, laborales, económicas y sociales de todos sus componentes, se enfrente a un actor cuya trayectoria podrá ser discutida, pero en ningún caso desconocida. Voy a suponer que se debe al temor que tienen de arremeter contra la propia administración que es, en definitiva, quien les alimenta y han decidido buscarme las cosquillas para que nos podamos reír un poco de tan lamentable acusación. O tal vez sea por mi negativa a pertenecer a su asociación(pues más de una vez me lo han propuesto), oferta que he declinado por mi aversión a los sindicatos y a las consignas de partido. Quienes me conocen o han leído algunas de mis declaraciones saben que suelo decir lo que pienso siempre, respetando la normas de la buena educación y el sentido común. Me da cierta pereza tener que contestar a tan absurdas acusaciones, pero me obligáis a hacerlo para finiquitar tan descabellada muestra de rencor y frustración.

En primer lugar, Valencia es mi tierra y trabajo en ella siempre que puedo. Me gustaría trabajar más, pero, como bien decís, no hay trabajo permanente para todos, así que hay que volver a Madrid, donde llegue a mitad de los años sesenta porque aquí no existía ni televisión ni teatro público alguno, y menos aún, la posibilidad de quejarse a nadie. A finales de los setenta ya regresé para rodar varias películas y en los ochenta, cuando se creó el centro público de teatro (Ivaecm) estrenamos varios espectáculos. Sobra deciros que estamos hablando de la época en que los gobiernos local y autonómicos estaban en manos del partido socialista y por supuesto la televisión autonómica y nacional. En los proyectos en que yo he participado aquí en Valencia y su comunidad han trabajado algo así como cuatrocientos actores, paisanos en su mayoría. Incluyo mi último trabajo para Canal Plus Crematorio, una serie de ocho episodios de una hora de duración, ya que no creo que Canal Plus dependa de la administración autonómica. ¿O sí? He plantado cara a todas las administraciones sin cortarme un pelo, pero me asombra que a los que habláis en nombre de una libertad de expresión os incomode que un actor como yo esté de acuerdo con la gestión que la Conselleria de Cultura hace del teatro… ¡Decídselo a la consellera y al rosario de la aurora, si es que realmente sabe quién os amparáis para firmar bajo esas siglas! Yo presento proyectos y algunos me los aprueban. Otros los traigo medio aprobados desde Madrid, como la vida de Tarancón, que para que os enteréis, es la primera vez que coproduce Canal 9 con Televisión Española (dos administraciones políticas diferentes). Esa gestión fue mía y no sólo os callasteis, sino que algunos de vosotros participasteis en el proyecto y no se me ha ocurrido preguntaros cuánto cobrasteis. Lo que yo cobro lo podéis averiguar fácilmente en la hacienda pública. Allí constan mis ingresos. Yo vivo de mi trabajo, lo pague la administración pública o la privada, no como algunos de vosotros que aspiráis a vivir tan sólo de las ayudas públicas, y en ocasiones, lo conseguís. Mal camino para erigirse en estandarte de la protesta. Yo cobro mi salario, no me subvencionan.

Existe la posibilidad de que alguno de vosotros estuviera en las pruebas de Los intereses creados y no fuerais elegidos. Sólo así me explico que os parezca tan mal que trabajen quince actores conmigo en esta función. ¿O es que esos no son puestos de trabajo? Además, mi labor es conseguir que el público acuda al teatro, no generar empleo. Aún así he elegido una esplendida obra con dieciséis personajes… y por mi parte este ridículo tema está zanjado. Ahora a lo mío. A hacer la función sobre el escenario, que es donde hay que ofrecer espectáculo.

No quiero alargarme demasiado para no aburrir al respetable, si no citaría todos mis trabajos fuera de la Comunitat, incluso los premios obtenidos y los nombres de los directores que me han ayudado a estar donde estoy, pero eso lo podéis ver en mi pagina web www.pepesancho.com.

La democracia permite ser libre para hablar de lo que se quiera y donde se quiera.

Y por supuesto estáis invitados por mí al estreno de Los intereses creados el próximo miércoles. Los que pertenecéis al consejo rector de Teatres como yo, también. Mis mejores deseos de futuro para todos.