El médico, escultor y pintor Fernando Antolí-Candela Piquer, conocido en el mundo de las artes plásticas como Antonio Sacramento, falleció este fin de semana a los 100 años y a tan solo unos días de cumplir los 101.

Sus obras urbanas más reconocidas de Valencia son la cruz de término en la pista de Silla (1965), Victoria de Valencia (1969) en la plaza de América, el monumento al Rey Jaume I (1991) en la plaza de Zaragoza y el monumento a Manuel Granero (1998) en la calle Xàtiva. También tiene una obra urbana en Madrid: 9 segundos, 9 décimas.

Antolí-Candela Piquer (Valencia, 2 de junio de 1915) continuó la tradición médica de su familia y fue un reconocido otorrinolaringólogo, especialidad que practicó hasta una avanzada edad y que compaginaba con su faceta como artista.

Al tiempo que alcanzó su prestigio como licenciado y doctor en Medicina „fue jefe de su especialidad en el Hospital Militar y en la Seguridad Social„, sintió pronto la vocación por las Bellas Artes. Desde niño sintió una gran inquietud artística, que desarrolló de forma autodidacta cuando aprendió a dibujar y esculpir.

Él mismo contaba que siendo todavía un niño se «entrometía» entre los albañiles y pintores murales, y en las paredes dibujaba y diseñaba figuras de futbolistas y artistas de la época. Y esa afición la siguió en las tres facetas diferentes: la escultura, la pintura y el dibujo.

Con 27 años, en 1942, presentó su primera exposición en la sala Mateu. Un año después, lograba la Medalla de Bronce en la Exposición Regional de Valencia, y sus triunfos sucesivamente le llegaron en Zaragoza, Barcelona, Madrid, Turín. Así, recibió numerosos premios como la medalla de oro en la II Bienal de Zaragoza, la medalla de plata en el Quinto Salón Internacional de Marzo de Valencia, la tercera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid, la placa de oro en la Exposición Internacional de Turín, el premio Ciudad de Cartagena o la medalla de oro y Premio Nacional Julio Antonio, así como el premio Cánova 2006 (Italia).

La obra artística de Antonio Sacramento ha ocupado más de un centenar de exposiciones en las más diferentes salas de toda España y de numerosos países europeos.

Ya en los años sesenta, llamó la atención la muestra individual en la sala Metrás de Barcelona, y tiempo después, en una exposición individual en Madrid, el artista Salvador Dalí pidió una hora sin público, solamente con el autor, para poder contemplar con tranquilidad y calma la obra.

Entre los materiales que empleaba estaban la masa, el hierro y el bronce; en la pintura y el dibujo, además de las tradicionales formas de la acuarela y el óleo, tuvo facetas curiosas como lo que él llamó papers apegats, trozos de papeles de colores pegados sobre el lienzo.

El historiador, crítico de arte y escritor Juan Antonio Gaya Nuño definió su escultura como la «más intelectual del siglo XX».