No cabe duda de que la noticia teatral de este fin de semana es el inicio de una nuevo festival inserto en la ciudad de Valencia. Se celebrará desde 11 al 19 de junio. Ha tomado el nombre de Tercera Setmana. Tiene una explicación: la tercera semana es un ideal a la hora de estar en cartel en un teatro de nuestra ciudad. No quiero amargar a nadie, pero bien podría haberse llamado «Segunda semana», porque uno de los problemas actuales de nuestra ciudad es que las programaciones pasan de manera muy efímera. Lo habitual ya es que los jueves lluevan estrenos que el lunes siguiente ya han desaparecido. Es un tema profundo que dejo para otro momento, porque ahora es necesario presentar este nuevo festival y, sobre todo, su posible relevancia, ya que, con el tiempo, ojalá se hable de este neonato festival de forma parecida a como se hace con el Festival de otoño a primavera (Madrid) y el Grec (Barcelona).

De todos modos, su nacimiento no debe de dejar de lado que ya había algunos festivales muy loables nacidos desde la base, como Russafa Escènica y Cabanyal Íntim. La verdad es que tampoco este evento nace desde la iniciativa pública, sino de la privada, es decir, de la Asociación Valenciana de Empresas de Teatro y Circo (AVETID), con el apoyo de la Universitat de València. No niego que recibe ayudas institucionales, pero había que remarcar lo dicho.

Visto de una manera general, los espectáculos seleccionados (28 obras en 15 salas y nueve espacios abiertos) atraen a primera vista. No obstante, hay que subrayar en primer lugar la diversidad de géneros (teatro, danza, circo, performance y música), cuyo mínimo común es que todos tienen aires vanguardistas desde la pluralidad.

Una programación en la que, de entrada, hay nombres sugerentes que quiero resaltar sin obviar que, como en todo festival, pueden aparecer sorpresas.

Y lo primero que llama la atención es el espectáculo seleccionado para su inauguración, Nafrat, el viatge de la vergonya, cuyo objetivo es que el espectador viva en primera persona la odisea de los refugiados. La obra se inspira en un hecho real sucedido en agosto de 2015: el encuentro de una furgoneta abandonada en una autopista entre Hungría y Austria donde había varios pasajeros muertos, todos ellos inmigrantes.

Después, y ya metidos en el grueso de la programación, aparecen nombres como el de Miguel Arco, uno de los directores más interesantes hoy. Presentará dos montajes: Hamlet y Juicio a una zorra (con Carmen Machi). También el potente estilo del director Alfredo Sanzol estará presente con La respiración (con Verónica Forqué). Además, hay otros trabajos seductores, como la reflexión que realizará la Cía. italiana Teatro Sotterraneo, con Homo Ridens, sobre el sentido de la felicidad. Pablo Messie, último Premio Max a la mejor dirección, nos visita con La distancia; así como Voadora, un grupo gallego rabiosamente moderno y poético, y el Grupo Chévere, Premio Nacional de Teatro 2014. De momento, ya tenemos un buen aperitivo para empezar.