María Mínguez y Gustavo Ferrada estaban ayer en el rodaje en un restaurante del Saler de Vivir dos veces, la película resultante de aquel «one to one» que guionista y productor (ambos valencianos) mantuvieron en diciembre 2015. «José Luis Moreno, del IVAC, llevaba 340 años pidiéndome que viniera a la 'roda de guions' -recordaba ayer Ferranda-. Al final vine y conocí a María, que me hizo el 'pitch', me contó la historia, me pareció maravillosa y en enero o febrero firmamos el contrato. Estuvimos un año trabajando y decidimos dárselo a María Ripoll porque había dirigido ya Ahora o nunca, una comedia que cuenta muchas cosas pero de forma más abierta y libre de lo que suele hacerse en España. Y también Tu vida en 65', que es un drama con un fondo de comedia. Era la directora ideal para rodar la idea que me había propuesto María».
Vivir dos veces es, según la actriz Inma Cuesta, una de sus protagonistas, una «oda a la esperanza» contada a través del viaje «interno y externo» que emprenden un abuelo (el actor argentino Óscar Martínez), una madre (Cuesta) y una nieta (Mafalda Carbonell, hija del músico y actor Pablo Carbonell). «Hay un mensaje en la película que para mí es maravilloso: las segundas oportunidades existen, la vida siempre tiene otro giro -afirma la actriz jienense, aunque nacida en València-. Esa fue una de las razones que me animó a participar en esta película. Hay algo en la comunicación entre generaciones que se ha perdido, y aquí se recupera.
María Ripoll -que antes de ésta ha dirigido Ahora o nunca y No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas- define Vivir dos veces como una «dramedy» (o comedia dramática) porque «tiene la dosis necesaria de comedia para explicar un drama, y el drama necesario para hacer un comedia». «Como cineastas estamos obligados a hacer que la gente vaya más al cine y por eso hacemos este tipo de películas que interesa al público y al gran público. Y si para conseguirlo hay que hacer comedia, que sea comedia», defiende la directora barcelonesa que en este rodaje ha quedado prendada de las posibilidades que ofrece para el cine València y sus alrededores.
«Madrid y Barcelona están muy acabadas para el cine, y València te da ese contraste entre lo viejo y lo nuevo, el Carmen, los grafitis, la playa, la luz... Está saliendo una peli muy bonita gracias a la ciudad. València tiene una luz perfecta para las segundas oportunidades. València es el nuevo plató del cine para España», asegura la cineasta.
