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Alerta "trap"en las aulas:esta música alienta el machismo, afirman los expertos

Pedagogos y docentes perciben un aumento de las conductas sexistas en los institutos y lo ligan, entre otros factores, a las letras de las canciones

Alerta "trap"en las aulas:esta música alienta el machismo, afirman los expertos Pablo García

“Dracukeo, el empalador. (…) La caliento, soy un radiador”.

¿Leen la 'joya' de verso con el que arranca este reportaje? Es la letra de una de las canciones que más escuchan los jóvenes: el autor es Kidd Keo, un “rey”del “trap”. Es un género de moda, a medio camino entre el “reggaeton”y el rap.

Pega entre los mas jóvenes de la casa. Tan fuerte, que asociaciones feministas y expertos alertan ya de que la popularidad de esta música está derivando en un incremento de las conductas machistas entre chicos y chicas de edades tempranas. En Lena han sido los primeros en reaccionar y han organizado un taller, que puede ampliarse a todas las Cuencas, para desmontar las falsas creencias sexistas que canta una buena parte del “trap”. Rocío Valle, pedagoga y experta en coeducación, fue la encargada de encabezar este programa pionero.

Aunque digan que no prestan atención a lo que escuchan, los mensajes se integran inconscientemente”.

“Si no tienes los dieciocho, eso es cárcel (no, no, no). Si no sois mayores de edad vete a casa, a ver ‘Pocoyó’. Pero si ayer cumpliste los dieciocho, tienes premio”.

Las letras que acompañan a esta información tienen historia. Explica Rocío Valle que el cantante Kidd Keo “fue investigado por unos presuntos mensajes subidos de tono a menores”. Salió indemne de la acusación, y respondió por todo lo alto. Con “Dracukeo”, un videoclip lleno de imágenes degradantes para la mujer y una letra machista y humillante -en esta información se han seleccionado los versos menos obscenos-.

“Con esta letra la tengo enamorá. La tengo la … como un calamar”.

Es muy probable que la letra no enamore a nadie, pero sí que puede ser peligrosa entre los jóvenes. Rocío Valle se dirigió en este programa al alumnado de 2°. de ESO. “Están en una edad muy complicada”. A preguntas de la experta, aseguraron que lo que les gusta de “Dracukeo” y otros temas “trap” es el ritmo, y que no prestan atención a lo que realmente canta el autor. “La música es un instrumento de socialización, igual que el cine y la literatura. Aunque digan que no prestan atención a lo que escuchan, los mensajes se integran inconscientemente”.

En el último lustro, ha percibido una importante involución: “Cuando preguntas algo en el aula, notas que en general tienen muy arraigadas las creencias machistas. Tanto ellas como ellos”

“Surfeo en tu … como en ‘Aquapark’”.

En cada estrofa, se percibe que “Dracukeo” tiene el poder sobre las relaciones que mantiene con las mujeres. Rocío Valle lleva once años trabajando con jóvenes en materia de coeducación e igualdad. Asegura que, en el último lustro, ha percibido una importante involución: “Cuando preguntas algo en el aula, notas que en general tienen muy arraigadas las creencias machistas. Tanto ellas como ellos”.

Aquí un triste ejemplo. Valle pidió en el aula que le definieran a un chico que sale con muchas chicas y que no quiere compromisos: “Es un grande”, respondieron casi al unísono. La misma pregunta, pero al revés: ¿Cómo definieron a una chica que sale con muchos chicos y no quiere compromisos? “Una zorra”, replicaron. “También las chicas tienen esos mensajes interiorizados”, afirmó Valle, que dejó claro que en todas las aulas hay alguna excepción. Además ha percibido que los chicos y las chicas maduran antes, especialmente en el ámbito de la sexualidad.

“Tienen que tener claros conceptos como género y sexo, reflexionar sobre el feminismo”

“Ey, si tu chica me tiene en su móvil, vive en Keoland (de mi propiedad)”.

¿Y es culpa del ‘trap’? “Influyen varios factores, pero la música que escuchan es uno de ellos”. Y, como se aprecia en las letras que incluye este reportaje, “Dracukeo” manda un mensaje claro a las chicas: “Que tienen dueño, que no pueden decir que no y que tienen que dejarse llevar”.

“La más recatá no me quiere ni ver. Pero luego viene y se exhibe otra vez”.

La forma de atajarlo, dice Rocío Valle, es empezar a desmontar mitos. “Tienen que tener claros conceptos como género y sexo, reflexionar sobre el feminismo”. Uno de los ejercicios que hicieron en el taller fue imaginarse cómo sería su vida si fueran una mujer de hace cincuenta años. O una mujer ahora mismo en Iraq. “Estamos en un momento crucial de su educación, es una edad clave”. Y la experta es moderadamente optimista:“Hay un grupo de adolescentes que mantendrán estas creencias aprendidas, pero otros y otras cambiarán con el paso del tiempo y con formación”. “En el caso de los chicos es más difícil, porque son creencias que los favorecen”, añade la pedagoga Rocío Valle.

También atención en casa. Según explica la pedagoga, muchos jóvenes se dejan llevar en sus gustos para no “aislarse” de sus pares. “Es una edad en la que estar aislado es una situación muy difícil. Además, cualquier cosa puede hacer que un compañero quede aislado en un momento determinado”. Por eso, recomienda la experta, es mejor dar libertad con límites. Y los límites incluyen estar atentos a la literatura, el cine y la música que consumen los adolescentes. “En el momento en el que aparece un mensaje sexista, hay que reinterpretarlo con ellas y ellos”, señala Rocío Valle. Solo así serán libres y capaces de decidir. Y de apagar la radio cuando empiece la canción de siempre.

“Dracukeo, el empalador. (…) La caliento, soy un radiador”.

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