Era 2019 cuando València fue elegida Capital Mundial del Diseño. Sus impulsores, con Xavi Calvo en la dirección general, presentaron un «dossier» que al final se convirtió en un libro de más de 500 páginas. En ellas, el proyecto, como no podía ser de otra manera, presentaba una potente imagen, creada por el diseñador valenciano Ibán Ramón. Sobre tonos amarillos, las iniciales de Valencia World Design Capital dominan la imagen. Tendrían que pasar tres años hasta 2022, por eso la imagen debía ser duradera. Llevar bien el paso del tiempo.

Esta es, precisamente, la lámina que inaugura hoy la colección «Iconos del diseño valenciano. Del 1930 al 2022» y que cada viernes tendrá una nueva entrega gratuita con el ejemplar de Levante-EMV. Se trata de una colaboración con València Capital Mundial del Diseño y el Arxiu Valencià del Disseny. Junto con la lámina de hoy se entrega también una carpeta archivadora donde guardar los 30 coleccionables.

La World Design Organization promueve la World Design Capital y designa cada dos años la ciudad sede. Según recuerda el propio Ibán Ramón, «se precisaba para el proceso de selección de un dossier de candidatura, en el que se presentaba una identidad visual para la candidatura. La propuesta de diseño se basó una solución de construcción natural, simple y modular, de gran variabilidad, que se construye sobre una retícula de módulo cuadrado, basado en la simplificación geométrica de las iniciales VWDC».

El diseñador valenciano apostó para esta creación por la geometría «como lenguaje universal, atemporal y permanentemente moderno, para una imagen que debía mantenerse vigente durante varios años en una época actual en la que es difícil que las imágenes perduren, por la rapidez con lo que caduca todo en diseño gráfico».

Influencia de los años 30

Además, explica, «el uso de elementos geométricos como letras estuvo también muy presente en la cartelera valenciana de los años 30; en el Art déco, de algún modo, existe también una conexión estética con la tradición gráfica valenciana», señala Ramón.

Estos carteles se presentan «contundentes, como simples variaciones de la marca y de la identidad visual y formaron parte de la imagen de la candidatura del evento. Son un aplicación de la marca, es decir, que la marca funcionaba a la vez como logotipo, como cartel o incluso como estampado. La primera edición se realizó en serigrafía negra sobre las referencias de papeles de color previstos en la identidad visual de Valencia World Design Capital y que coinciden exactamente con los colores corporativos», explica el diseñador valenciano.

Sobre este tono, Ramón asegura que se trata de un color «que va a estar muy presente en todo 2022. Es muy vivo, alegre. Es un amarillo, pero mezclado con rojos y naranjas, es un color peculiar». De aire mediterráneo.