Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Lluís Miquel, el artista de la vida

El Consell Valencià de Cultura reconoce el "trabajo obstinado en favor de la cultura en libertad" del músico y promotor

Lluís Miquel Campos recibe la medalla del Consell de Cultura

Lluís Miquel Campos es el artista que se la jugó por la libertad de pensar, hablar y vivir; el hombre generoso que se dedicó a darle alegría al país; el empresario que quiso vertebrar toda una industria cultural a través del valenciano; la persona, incluso, que necesitamos tener al lado en los ratos delirantes de este mundo. 

Todo esto y algunas cosas más se las dijeron al propio Lluís Miquel esta mañana en el Palau de Forcalló, donde se le concedió la Medalla del Consell Valencià de Cultura (CVC). Él mostró su «satisfacción inmensa» por el reconocimiento de la institución y amplió el alcance del galardón: «Quiero pensar que no es sólo para Lluís Miquel sino para la larga nómina de personas y colectivos que han ayudado a construir con su trabajo un País Valencià más culto y sobre todo más digno y más decente».

Lluís Miquel recibió la Medalla del CVC de las manos de su presidente Santiago Grisolía y rodeado de familiares, amigos y autoridades como el director autonómico de Relaciones con las Comunidades Autónomas, Jorge Alarte, y la directora de Música y Cultura Popular, Marga Landete.

«Los valencianos tenemos una enorme deuda con usted», le dijo Grisolía a Campos nada más iniciar el acto. Amparo Carbonell, presidenta de la Comisión de las Artes del CVC, destacó la «generosidad» con la que Lluís Miquel «se ha dedicado a dar alegría a un país que no estaba para demasiadas bromas» y a impulsar el valenciano a través de la música, el teatro y el doblaje de películas en los estudios Tabalet que fundó en 1977. En nombre del Consell, Carbonell dio las gracias al artista y promotor por su «trabajo obstinado y sincero en favor de una cultura en libertad que necesitaba estar bien fundamentada en unas industrias culturales».  

Lluís Miquel Campos, Santiago Grisolía y Alfons Cervera. JM LÓPEZ

El escritor Alfons Cervera fue el encargado de pronunciar la «laudatio» al homenajeado. En el «país de la desmemoria» las «huellas» dejadas por Lluís Miquel han sido fundamentales, dijo Cervera. 

El novelista y colaborador de Levante-EMV destacó la «maestría» que ejerció Lluís Miquel ante los músicos valencianos de la década de los 60 y elogió la capacidad que tenían los 4 Z (la banda de Campos en aquella época) para combinar su repertorio afrancesado cantado en valenciano con los sonidos poperos de Los Milos, Celentano o los Everly Brothers.  

«A Lluís Miquel le imitaban descaradamente Jacques Brel y Georges Brassens», proclamó Cervera entre las risas del público. La «vena irónica» de estos franceses, recordó Cervera, la siguió cultivando Campos en los 70 y 80 con Patxinguer Z y «en un espectáculo fantástico que nos llenaba de una alegría mágica, como vivir en una fiesta del Caribe». 

Pero, como añadió Cervera, la faceta artística no es la única «en el espejo de las mil caras en que se refleja Lluís Miquel». «Este país no sería lo mismo si un día no se le hubiera ocurrido abrir los Estudios Tabalet -reivindicó-. Por allí pasó toda la gente del mundo audiovisual. Películas. Doblajes. Discos... Duró esa feliz aventura muchos años. Y en todo este tiempo seguiría Lluismi siendo lo que siempre había sido: un artista de ese arte a veces tan extraño que es la vida». 

Para acabar su intervención, Cervera agradeció que con este homenaje, el CVC «nos recuerde que el País Valencià necesita personas como Lluís Miquel Campos. Y yo diría que es el mundo, este mundo nuestro tan a ratos delirante, lo que necesita personas como él». 

Tomó, por último, la palabra el homenajeado. «Lo normal sería decir que no soy merecedor de este reconocimiento. ¿Es lo que se suele decir, no? Aunque en el fondo piensas que si hay alguien en el mundo que se merezca un premio eres tú». 

Tras la broma inicial, Lluís Miquel recordó a la gente sin la cual él «no hubiera sido músico, ni habría abierto Tabalet para que el audiovisual valenciano se hiciera más o menos adulto, ni habría tenido tantos amigos y amigas como he acabado teniendo en todas las vidas que he ido viviendo hasta ahora mismo».  

Concluyó Lluís Miquel mostrando su «satisfacción inmensa» por el reconocimiento del CVC, no sin antes volver a la ironía para apuntar que estos reconocimientos suelen llegar cuando uno «está más p’allá que p’acá. Si hablo por mí, debo decir que la edad y el trabajo nunca se han separado porque casi desde que era un adolescente he estado metido en los enredos de la cultura».

Compartir el artículo

stats