El poderoso motivo por el que Australia participa en Eurovisión

Todo está listo para que el gran espectáculo de Eurovisión 2023 comience. El festival europeo de la canción se celebrará a partir de las 21.00 horas de este próximo sábado, 13 de mayo, en Liverpool (Reino Unido) y hasta la ciudad británica se han desplazado ya miles de eurofans, ansiosos por vivir de cerca un certamen que de un tiempo a esta parte ha renacido de sus cenizas. Pese a que tradicionalmente era un concurso para países europeos, de un tiempo a esta parte también acoge a países de fuera del viejo continente, como Australia. ¿Por qué participa Australia en Eurovisión?

Pese a que la edición de este año se celebra en Liverpool (Reino Unido), la ciudad británica no tenía más derecho que cualquier otra a convertirse en anfitriona de Eurovisión. Y es que siempre organiza el certamen del año siguiente el último ganador de Eurovisión. En la edición de 2022 el país vencedor fue Ucrania, pero la guerra impide que pueda llevarse a cabo allí. Liverpool fue una de las ciudades que se ofrecieron a acoger el certamen en caso de que Ucrania ganase y, finalmente, fue la que consiguió alzarse como sede de Eurovisión 2023.

Quién participa en Eurovisión

El Festival de la Canción de Eurovisión es un concurso en el que participan los países que integran la Unión Europea de Radiodifusión. Sin embargo, en cada una de las ediciones también toman parte países que no están ubicados dentro de los límites de la vieja Europa. Es el caso de Australia, que ni siquiera está cerca, sino en las antípodas: a más de 14.000 kilómetros de distancia. ¿Por qué?

Australia participa en Eurovisión desde 2015 porque, según determinan las reglas del concurso, se gana el derecho a participar en el certamen por ser miembro de la Unión Europea de Radiodifusión, no por cuestiones geográficas. Asimismo, también es posible tomar parte en Eurovisión si se recibe una invitación expresa.

Australia comenzó a retransmitir el festival de Eurovisión en 1983 y siempre ha cosechado buenos datos de audiencia. En 2014, una australiana se subió al escenario en el descanso de la segunda semifinal y su actuación arrasó entre el público.

Al año siguiente, Australia ya participaba en Eurovisión y, desde entonces, no ha faltado a la eurocita, obteniendo muy buenos resultados en este tiempo (llegó a quedar en segundo puesto en 2016).

Así que, Australia participa en Eurovisión porque así lo quiere el público australiano, que sigue el concurso musical, y porque así se lo concede la Unión Europea de Radiodifusión, a la que interesa llegar al mayor número posible de televidentes.