Entrevista | Darío Ledesma Biógrafo oficial de Nino Bravo

"Nino Bravo es el único artista que ha conseguido más de un millón de discos vendidos 20 años después de su muerte"

El Ateneo Mercantil de València acoge la exposición más grande en torno al artista en la ciudad

Saray Fajardo

Saray Fajardo

Darío Ledesma tenía 11 años cuando se adentró en el mundo de Nino Bravo. Biógrafo oficial del artista acaba de publicar "Nino Bravo. Voz y corazón", que va por la tercera edición. Además, es el comisario de la exposición en el Ateneo Mercantil de València.

50 años después de su muerte, ¿se puede decir que Nino Bravo está más vivo que nunca?

Yo creo que en este año sí. Este año ha sido un 'boom'. Realmente empezó todo a finales del 2022 con la declaración de año Nino Bravo por parte del Ayuntamiento de Aielo de Malferit y siguió la misma declaración por parte de la Generalitat Valenciana y las Corts Valencianes. Despues hemos tenido una serie de actividades que todavía no han parado pasando desde la reinauguración del museo con un nuevo diseño gráfico y nuevos objetos que se incorporaron a la colección, actuaciones, conciertos en homenaje, se hizo la exposición fotográfica en la plaza de la Reina con fotografías de José Torres, que le solía hacer las sesiones a Nino, una exposición en el AVE Madrid-València, que fue vista por miles de personas, se estrenó un documental realizado por TVE "Nino Bravo. Vivir"... Hemos tenido distintas actividades, firmas de libro, que va por la tercera edición. 

¿Siempre se le ha dado este valor en España y, sobre todo, en la Comunitat Valenciana?

Durante un tiempo, su figura no estuvo valorada en toda su dimensión ni en España ni en la Comunitat. No me refiero a nivel del público, sino de las instituciones. En el 1977, cuando se le dedicó el busto que hay en la plaza de la calle Lérida, costó mucho que las instituciones lo autorizaran. Posteriormente, sí y, sobre todo, a partir de los años 90, con la llegada del CD y las ediciones digitales. Su figura empezó a agrandarse más, se hicieron dúos con artistas actuales y el público respondió llegando a ser el único artista que ha conseguido más de un millón de discos vendidos veinte años después de su muerte. Su figura ahora sí está reconocida. Creo que ha habido un cambio positivo porque históricamente se le ha situado en el lugar que merece. Es un cantante que ha creado todo un estilo, una influencia en artistas de distintas generaciones y creo que por eso estamos celebrando su año los fans, la familia y las autoridades. 

Como biógrafo, ¿qué destacaría de Nino Bravo respecto al resto de artistas?

Creo que tenía un estilo muy personal, que es difícilmente replicable por cualquier otro artista. No sólo era la voz, sino también el fraseo, la capacidad de dominar su potencia vocal porque él tenía muy buenas cualidades de voz, pero no hacía gala de ellas si no era necesario. A cada canción le daba la entonación que necesitaba. La personalidad del artista, que siempre fue un cantante, que si bien llegó al número 1, nunca se creyó un divo. Él seguía siendo el vecino, el padre o el amigo. Era una persona muy llana y la gente lo ha sabido ver. Se junta el aura de mito que se ha creado por haber muerto en la flor de la vida con esa incógnita de qué hubiera pasado, qué habría sido de Nino Bravo, si habría sido más internacional, si habría cantado en inglés... Esa historia truncada de la que nunca vamos a saber qué hubiera pasada. Hace que en su figura haya una cierta aura de mito para todas las generaciones. 

Cualquier generación se conoce alguna canción de él...

Lo mejor de esto es que esas canciones, que fueron cinco: "Te quiero, te quiero", "Un beso y una flor", "Libre", "Noelia" y "América". Esos los consiguió en dos años y media. Fue la carrera artística mejor aprovechada de todo el mundo. Sólo en dos años y medio ha logrado un legado que 50 años después todavía sigue entre nosotros. 

¿Ha sido complicado conseguir que esta exposición llegue a València?

Ha sido complicado en términos de que gran parte de la exposición estaba en el museo de Aielo. Por tanto, ha habido que hacer negociaciones para poder traerlas a València. Más allá de eso, no. Estamos en el año Nino Bravo, la gente quiere conocer más a Nino Bravo, nos han abierto las puertas en todas las instituciones y edificios y el Ateneo desde principios de año tenía claro que quería organizar esta exposición. Lo complicado ha sido el diseño de la exposición. 

¿Cómo llega a Nino Bravo?

Lo conocí cuando tenía 11 o 12 años. Estamos hablando de los años 90. Un día en casa estaba aburrido. Abrí un cajón, apareció un CD de Nino Bravo de grandes éxitos. Me sonaban un par de canciones. Me puse a escucharlo. El primer momento me maravilló su voz. Quise buscar más de él. No existía Internet. Había que ir comprando poco a poco, en tiendas de segunda mano porque no estaba digitalizada su obra. Me picó el gusanillo, me gustó su historia, fui descubriendo más cosas y coleccionando recortes. En 1999, en una página web puse toda esa colección a disposición del resto de fans.

Ha escrito un libro que estará nutrido de la familia y su entorno. ¿Ha sido fácil acercarse a ellos?

Con la familia tenía cierta historia de muchos años. Me conoció en el 2003 cuando hicimos el primer encuentro de fans en Aielo de Malferit. Yo estaba como organizador y no estaba el museo. Propusimos hacer una exposición temporal con sus trajes y sus objetos personales. Gran parte de ello fueron a la exposición permanente. Ahí conocí a la familia y fueron viendo el trabajo que hacía con su figura en mi página web. Conseguía portadas de otros países, publicaba artículos de la época, entrevisté a gente que lo conocía... Se fue generando una relación de confianza. Cuando me propuse escribir el libro, me abrieron todas las puertas y los documentos para hacerlo bien.

¿Sigue existiendo un club de fans?

Un club de fans, no. Hay muchos grupos organizados a través de Internet. Hay muchos grupos en redes sociales, que llegan a tener 60.000 fans. Club organizado no existe. 

En el libro se adentra más en su vida, ¿a nivel personal qué es lo que más le ha llamado la atención?

Él siempre tenía las cosas claras y sabía cómo hacer y qué tenía que hacer. Él tenía una idea muy formada, qué es lo que quería hacer como cantante y como conseguirlo. Eso se ve en una serie de decisiones que tomó en su carrera. En 1971, después de tener managers, decidió emprender por su cuenta y tener una oficina propia para liderar los contratos que se hicieran para sus actuaciones, la selección de temas para sus discos, las fotografías para representar su imagen. Él quería tomar las riendas de su carrera y ayudar a otros artistas. Quería producir a gente de València para que no tuvieran que ir a Madrid o Barcelona. Tenía las cosas muy claras. Eso siempre lo recalco. Personalmente era una persona con un espíritu de sacrificio muy grande, muy familiar también. Sabía separar su vida privada de su vida profesional. Tenía un trato muy cercano. 

¿Producirse a uno mismo no sería sencillo?

Él tenía las cosas muy claras y tenía ciertos referentes. Quería ser como Frank Sinatra, que cantaba "Guadalajara" y aunque fuera mexicana, sabías que era él. Nino quería convertirse en un cantante estándar, que la gente lo conociese cuando lo canten. Da igual la variedad de canciones porque al final te van a comprar a ti. Eso es lo que era Nino. En el último disco que grabó, Nino hace muchas canciones internacionales comoo "Laura" de Frank Sinatra, iba a grabar una de The Beatles. Iba hacia su internacionalización pasito a pasito para poder llegar a ser un cantante reconocido mundialmente. 

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