Las letras valencianas que escribieron el exilio

Una exposición de la AVL en la Universitat de València reivindica la memoria de 47 escritores valencianos que marcharon al exilio tras la Guerra Civil

Miles de españoles y valencianos cruzaron a pie la frontera francesa hacia el exilio

Miles de españoles y valencianos cruzaron a pie la frontera francesa hacia el exilio / AVL

Francesc Arabí

Francesc Arabí

La noche del 26 de septiembre de 1940, una maleta quedó para siempre extraviada en Portbou, después de que su dueño fuera empujado al suicidio por la persecución nazi. La de Walter Benjamin es la más conocida e icónica de todas las maletas que, a lo largo de la historia, han almacenado enseres domésticos rescatados de urgencia y retratos en blanco y negro pintados de sepia eternidad. Maletas que acompañan a quienes huyen con mirada de sueño quebrado. Como las de los miles de valencianos y españoles (medio millón) que huyeron para evitar la represión franquista. Escaparon como pudieron. A pie, por la frontera pirenaica de la Jonquera. O en barco, si cupieron en el carbonero "Stanbrook", que zarpó de Alicante a Orán el 28 de marzo de 1939, con 2.638 pasajeros. O en el vapor "Lézardrieux", que partió desde València al mismo destino con 500 exiliados.

El "Stanbrook" zarpó desde Alicante hacia Orán.

El vapor "Lézardrieux" zarpó desde València hacia Orán. / AVL

Entre ellos, 47 escritores valencianos que ahora son reconocidos en la exposición «Escriptors Valencians de l’Exili», que desde mañana lunes hasta el 14 de febrero podrá visitarse en el Centre Cultural La Nau de la Universitat de València. La muestra está organizada por l’Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) y ha sido comisariada por el académico Josep Palomero. «Recuperar la memoria de los escritores valencianos en el exilio y, a la vez, tributarles un homenaje». Es el objetivo de esta muestra, según explica Palomero a este diario. 

Entre los escritores con espacio reservado en esta muestra figuran Max Aub, Gaetà Huguet Segarra, Juli Just Gimeno, Juan Chabás, Juan Gil-Albert, Artur Perucho Badía, Francesc Puig Espert, Emili Gómez Nadal, Josep Giner o los hermanos Angelí y Josep Castanyer Fons, entre otros.

Se incluyen otros exilios culturales como los artistas plásticos Renau y Manuela Ballester o la maestra Alejandra Soler

La muestra se dedica a los exiliados en el extranjero, no a los que fueron silenciados en tierras valencianas, los desterrados a lo que, subraya Palomero, «algunos han llamado insilio», el exilio interior. Aunque toda diáspora, habría que añadir, comporta una reclusión interior macerada en pena y desgarro.

Imágenes de los niños de la guerra y otros exiliados en la Unión Soviética

Imágenes de los niños de la guerra y otros exiliados en la Unión Soviética / AVL

La exposición recorre los miles de kilómetros que separaron a quienes la historia desterró a Francia, a México, donde recalaron 25.000 españoles, a la Unión Soviética, al norte de África o a distintos puntos de América Latina. En esas «Geografies de l’exili», que conforman la exposición y que enfocan «el drama personal» merecen un lugar destacado México DF y París, destinos que contaron con una Casa Regional Valenciana, que actuó como cordón umbilical entre la rutina y las raíces. En menor medida, aparecen destinos como Santiago de Chile, gracias a que el escritor Pablo Neruda fletó el barco "Winnipeg" para trasladar hasta Valparaíso a 2.200 republicanos españoles

Quienes huyeron a Argelia, como buena parte de los exiliados a la Francia continental, tuvieron la desgracia de vivir una segunda represión: la del régimen de Vichy, comandado por Pétain. El gobierno francés colaboracionista con la ocupación nazi condenó a los exiliados a campos de internamiento y a trabajar forzosamente en minas de carbón o en la construcción del llamado Ferrocarril Transahariano. 

Se exhiben obras de Aub, Gil-Albert, Gómez Nadal o Puig Espert, y cartas entre exiliados y Fuster o Nicolau Primitiu

Por supuesto que los escritores exiliados publicaron en castellano, en los países de habla hispana (como el periodista Artur Perucho, en México) y mantuvieron el valenciano en artículos en revistas como Levante, Senyera, Quaderns de l’Exili, Pont Blau o La Nostra Revista, editadas por las citadas casas regionales de México y París, Resorgiment, de Buenos Aires, o Terra Valenciana, de Montevideo. 

El propio Joan Fuster colaboraba con publicaciones de este perfil. Las revistas sirvieron para mantener viva la producción en valenciano, lengua que había quedado relegada a los encuentros lúdicos y sociales en esos lugares de reunión, a modo de los casinos que vertebraban la vida social en los municipios valencianos. «En el caso del exilio la división entre autores en valenciano o castellano es un poco falsa. Hay autores valencianistas que antes de la emigración ya escribían en castellano», comenta el comisario de la muestra.

Campo de inernamiento de Colomb-Béchar, en Argelia

Campo de inernamiento de Colomb-Béchar, en Argelia / AVL

No sólo caben las letras

Además de escritores, se da cancha a otras personalidades de la cultura valenciana exiliada. La que habría podido ser, dice «la gran cultura republicana que habría modernizado este país y se frustró por la guerra». Caso del músico Carlos Palacios; artistas plásticos como Josep Renau o Manuela Ballester; el ex rector de la Universitat de València durante la contienda civil Josep Puche, o la maestra Alejandra Soler, que huyó a la URSS acompañando a los niños de la guerra. O el médico y político Francesc Bosch i Morata, exiliado en México, y personaje decisivo en la redacción del primer Estatut Valencià, primer conseller de Cultura (en la etapa republicana) y cofundador de la Agrupació Valencianista Republicana, con Pizcueta o Thous.

Los escritores usaron el valenciano en revistas editadas por las casas regionales valencianas de París o México

En la exposición se exhiben obras publicadas en la época, cartas, fotos y diversa documentación, además de objetos que pertenecieron a los exiliados ilustres. Desde mantas a pañuelos o «espardenyes». Entre este material, figura una docena de libros de Óscar Esplá (Zarabanda franquista) Max Aub (La gallina ciega), Emili Gómez Nadal (Diaris i records), Francesc Puig Espert (Hortolans), Juan Gil-Albert (Valentín) o el poemario Miratge, del escritor y político Josep Castanyer, impulsor de Esquerra Valenciana, autor de teatro popular y muy activo en el exilio parisino en la Casa Regional Valenciana.

Reunión de escritores en el exilio

Reunión de escritores en el exilio / AVL

Audiovisuales sobre autores

Para dar a conocer a los escritores, se exhibe un audiovisual con la cara y una reseña biográfica y bibliográfica de cada autor. También se muestran cartas que atestiguan el contacto permanente que el exilio mantuvo con la tierra de origen, a la que remitían ejemplares de las revistas citadas. 

Una de las misivas, de 1954, la envía Joan Fuster a Angelí Castanyer, que residía en París. Otra es del coronel Manuel Uribarri, a un amigo sacerdote de València para que intercediera para que le retiraran los cargos contra él y así poder regresar a España. El militar y socialista Uribarri estaba acusado de pertenecer a la Masonería. Recaló en La Habana, pero la llegada del castrismo le obligó a dar el salto a la ciudad mexicana de Veracruz. Otra misiva la remite el escritor Francesc Puig Espert, exiliado en el sur de Francia, a Nicolau Primitiu.

La exposición tiene una versión itinerante, que arrancó el pasado 20 de octubre en la Casa de la Cultura de Alzira, y que recorrerá la geografía valenciana hasta el 29 de febrero. La AVL ha organizado también un ciclo de conferencias en torno al exilio valenciano. Además, ha editado una guía sobre Escriptors valencians exiliats del 1939. L’últim exili valencià, preparada por el profesor y escritor Pasqual Mas y destinada a los alumnos de bachillerato. 

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