Los ‘ángeles de la guarda’ que han velado por la sonoridad del Palau de la Música

El Grupo de Acústica Arquitectónica de la UPV ha realizado mediciones para que el auditorio no perdiera su excelente sonido tras la remodelación

Una de las pruebas en el Palau de la Música.

Una de las pruebas en el Palau de la Música. / Levante-EMV

El Palau de la Música ha vuelto a reabrir sus puertas este otoño. Después de cuatro años en los que no sonó ni una nota, la música se ha escuchado de nuevo... de la misma manera que lo hacía antes. Y eso no es una cuestión baladí. Detrás ha estado el Grupo de Acústica Arquitectónica del Centro de Tecnologías Físicas de la Universitat Politècnica de València (UPV), garantizando que las obras no afectaran a la sonoridad de la sala, tan importante para la experiencia de músicos y espectadores.

El trabajo empezó hace cuatro años de la mano de Santatecla Arquitectos, pues la colaboración con los profesionales de la UPV ya se incluía, antes de la licitación, en el proyecto inicial que posteriormente obtuvo el contrato de las obras. En concreto, el equipo de la universidad se ha encargado de la «supervisión en proyecto y ejecución» de los trabajos de la sala Iturbi y la Joaquín Rodrigo del Palau.

Lo primero que tuvieron que hacer, explica el profesor Ignacio Guillén, es «comprobar las condiciones acústicas de las salas» antes de iniciar la remodelación y «corroborarlas con las mediciones de los años 80, cuando se inauguró, para tener una base de la cual no desviarnos». Según explica, el objetivo ha sido ese, mantener las mismas condiciones acústicas a pesar de la remodelación, pues eran «excelentes» y, por eso, el Palau de la Música es «reconocido nacional e internacionalmente».

«El reto era no modificar las condiciones acústicas, conservarlas y que el Palau suene ahora igual que antes; era una de las preocupaciones tanto del consistorio, como de la dirección y de los arquitectos», recalca. 

Mediciones en el Palau de la Música.

Mediciones en el Palau de la Música. / L-EMV

Primero, antes de la reforma, realizaron las mediciones que, a lo largo de todo el proceso, han servido como «base» y comparativa para las sucesivas pruebas posteriores y evitar que no se dieran «desviaciones de esa acústica de reconocido prestigio».

El tejido de las butacas, los nuevos suelos, el tipo de madera de los techos y la tarima, los volúmenes y los materiales… cualquier decisión podría influir en cambiar la acústica, por lo que había que tener «mucho cuidado» y todo era supervisado por los especialistas de la UPV. Un ejemplo de hasta qué punto se ha trabajado esto es que han realizado, entre otras cosas, «mediciones del ‘comportamiento’ de las butacas para comprobar que, reinstaladas, se escuchara todo de la misma forma» pues, al retapizarse y ser más de 1.700 en la sala grande, esto influye. 

Tanto es así, que se llevaron a las cámaras reverberantes (el ‘laboratorio’ acústico) del campus de Vera «cuatro filas de butacas y se hicieron pruebas, con público y sin público». También se llevó un «prototipo» de la nueva madera a la cámara reverberante, aunque en la remodelación del Palau de la Música se ha intentado restituir todo «con materiales nuevos lo más parecidos a los originales» por eso, a simple vista, las salas son similares a antes.

Ahora, tras una decena de visitas al Palau durante todo este tiempo, están rematando los informes finales, pero aseguran que «se puede decir que la intervención ha sido un éxito». «La sala Iturbi, objetivamente, tiene un comportamiento acústico igual de excelente, con mediciones de todos los parámetros de calidad y verificado hablando con músicos, el director y los técnicos de mantenimiento; y la Joaquín Rodrigo, tiene un poco más de reverberación en frecuencias bajas, pero había un poco de margen de mejor y se ha podido ajustar», explica Ignacio Guillén, que ha trabajado en este proyecto junto a la catedrática Ana Llopis; el profesor Vicente Gómez; y el investigador Alberto Quintana.

Un reto importante

El equipo lleva varias décadas trabajando en acústica y acústica arquitectónica en València. Explican que recientemente han utilizado una metodología parecida a la del Palau en el Palacio de Congresos de València —que también ha retapizado butacas—; y, del mismo modo, han garantizado la sonoridad de diferentes salas de la ciudad y auditorios como los de Torrent, Paiporta o Teruel. 

El del auditorio municipal reconocen que se lo tomaron como «un reto importante, porque es un compromiso con la ciudad». «Ha sido un trabajo muy bonito, dos años de trabajo muy intensos y estos muy contentos con los resultados», afirman. Asimismo, reconocen el orgullo de haber participado en un trabajo inusual. «No se hacen obras de esta envergadura todos los días».

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