A la caza de las mascotas virtuales y los juegos de mesa

La tecnología protagoniza la carta a los Reyes Magos, aunque no faltan los superhéroes de Marvel, las muñecas Barbie o la nueva Nancy Aitana en homenaje a la «triunfita»

Gente comprando juguetes en una tienda de la calle San Vicente.

Gente comprando juguetes en una tienda de la calle San Vicente. / Miguel Angel Montesinos

Saray Fajardo

Saray Fajardo

Llega la noche más mágica del año. Los más pequeños preparan las galletas y los vasos de leche debajo del árbol y se acuestan pronto para que los Reyes Magos visiten sus casas y les traigan esos regalos tan deseados. En sus cartas, no faltan las videoconsolas, las muñecas, los juegos de construcción, los juguetes tecnológicos y los juegos de mesa. Sin embargo, este año los Magos de Oriente lo tendrán difícil para encontrar algunos de estos juguetes tan demandados, que están agotados en las principales estanterías de València a pocos días de la noche de Reyes. 

Las mascotas virtuales e interactivas son las más reclamadas en las tiendas durante estos días, según los responsables de comunicación de El Corte Inglés. Concretamente, la mascota virtual Bitzee ha cobrado fuerza este año, aunque el fenómeno Tamagotchi sigue reinando entre todas las edades a pesar de que su lanzamiento se produjo hace 30 años. «Es un juguete que sigue triunfando todos los años, parece que no pasa de moda», señalan desde El Corte Inglés. A pesar de los cambios, la esencia sigue siendo la misma: cuidar y alimentar a la mascota, que reside dentro del aparato electrónico con forma de huevo.  

Sin duda, la tecnología protagoniza la mayoría de regalos en Navidad. Las videoconsolas, como la Nintendo Switch o la PlayStation 5, y los videojuegos reinan debajo del árbol en la mayoría de hogares. A pesar de ello, los juegos de mesa han ido ganando adeptos tras la pandemia. Por ejemplo, entre los cinco juguetes más vendidos en la plataforma Amazon, cuatro son de mesa. Concretamente, los más pequeñas piden el juego de cartas UNO, el «Party & Co Junior», el «Monos Locos» y el juego de palabras, misterio y diversión «Little Secret». Además, y aprovechando este auge, varias marcas han modernizado algunos de sus productos más emblemáticos para adaptarse a los nuevos tiempos y generaciones como es el caso del clásico «Pictionary Air», en el que las familias dibujan el elemento en el aire, este se traslada a una pantalla y el resto deben adivinar qué es. En este sentido, el secretario de la Unión de Consumidores de la Comunitat Valenciana, Vicente Inglada, señala que «ha habido un repunte de juegos de mesa, lo cual es positivo, ya que sirve para que los pequeños socialicen e interactúen con la familia más allá de las consolas». 

Imaginación

Si el año pasado triunfó el laboratorio de rotuladores, este año el laboratorio de bolígrafos ha sido el más demandado en muchas de las tiendas valencianas. Con este juego, los más pequeños pueden dejar volar su imaginación y personalizar los bolígrafos con una gran variedad de accesorios y decoraciones. Inglada aboga por este tipo de juegos pedagógicos. «El niño tiene que elegir el juguete que quiere, pero tiene que haber un sentido social detrás», indica el secretario, quien añade que «el pequeño tiene que aprender a ser un ciudadano responsable y una manera de aprender es a través del juego».  

Clásicos

Sin duda, los juguetes más clásicos no faltan en las listas de deseos pase el tiempo que pase. Las muñecas Barbie -con motivo del estreno de la película-, los superhéroes de Marvel, los juegos de construcción o las princesas Disney siempre son un acierto. En este sentido, la Nancy Aitana, que homenajea a la «triunfita» también ha tenido una gran acogida. 

Además, las marcas y los anuncios han conseguido romper con los estereotipos. «Ya no hay diferencia de género en los juegos. Los niños juegan con muñecas y las niñas construyen», afirma Inglada, quien reivindica que «aunque ha habido un avance hay que seguir desmitificando». 

Inglada recuerda a las familias la importancia de priorizar el tipo de juguetes y la cantidad en función de la economía doméstica. «Sin perder la magia y la ilusión, el niño tiene que ser consciente de lo que tiene su familia. Tiene que saber que no se puede tener todo lo que se pide», explica. Por eso, reconoce que la media debería rondar los tres o cuatro regalos por menor. «Hay que comprar con los pies en el suelo porque se ha demostrado que donde más invertimos en estas fiestas es en los regalos», concluye. 

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