Opinión

El IVAM, escena, colección y territorio

Directora del IVAM

El IVAM celebra su aniversario, 35 años de vida, y lo quiere hacer desde la confluencia de gestos, palabras y voces que fundan un lugar común en una temporalidad viva; reinventándose en cada momento, transformándose para ampliar su campo de acción y de presencia. El IVAM es hoy casa, hogar y refugio, pero también plaza y calle, instituto y museo, teatro y bar, lugar para mayores e infantes, para investigadores y curiosos, para artistas y públicos, para adolescentes y jóvenes. Un lugar diverso, abierto, que pretende una imaginación compartida y deseante. El IVAM es políglota, habla muchas lenguas, y entiende que el diálogo y la traducción son recursos fundamentales para la creación de una comunidad. El IVAM es territorio y se articula en muchas geografías, a través de sus intervenciones y acciones en sus sedes de Valencia y Alcoy, pero también en las comarcas dels Ports, El Comtat o La Vall de Albaida, en Alicante y Castellón...

El IVAM hoy se mira, se lee, se baila, se escucha, se teje, se estudia, tiene espacio para distintos lenguajes y prácticas artísticas, pero también para prácticas culturales que no han tenido tradicionalmente lugar en los museos. Es en el establecimiento de vínculos donde el IVAM mejor se reconoce, y por ello trabaja en la creación de un contexto, un momento de vida compartida con los equipos, las personas externas que colaboran en todos sus programas, grupos residentes, amigas y amigos del museo, y los diversos públicos; todas las personas que nos visitan, las que entran en nuestra página web o nos conocen por nuestras irradiaciones en el territorio. Todas aquellas que hablan desde los medios de comunicación o las redes sociales. El IVAM apuesta por los vínculos que hacen contexto, por eso promueve acciones como «Articulacions», programa de estudios internacional en colaboración con las universidades públicas de la ciudad; «Art i Context», de apoyo a la creación joven; «Confluències» que pone el foco en pequeños núcleos rurales; «Poliglotía» o «El gesto narrativo», donde las lenguas, las narraciones y el aprendizaje se sitúan en el centro; «Els Grans de l’IVAM» y «Bandarres», grupos residentes del museo con quienes aprendemos metodologías de mediación o «D’ací allá», para el profesorado de secundaria, entre otros. Porque el IVAM es de todas, de todos y es también de cada uno, de cada una.

Celebramos este 35 aniversario poniendo en valor nuestro patrimonio común, público, con siete exposiciones dedicadas a la colección del IVAM, que muestran la importancia y la potencia de sus fondos, y ofrecen nuevas perspectivas críticas. En paralelo desde el Centre de Documentació han comenzado a digitalizarse diversos archivos, como los de Manuela Ballester Vilaseca, Josep Renau, Grupo Parpalló, Jacinta Gil o Eusebio Sempere. En el caso de las exposiciones se muestran actualmente dos legados importantes: el de Julio González y el de Pinazo, bajo investigaciones profundamente innovadoras, heterodoxas y singulares. O «popular», un torrente de imágenes, palabras y canciones que como una visitante apuntó «habla del mundo». «La fotografía en medio», otra exposición que en este caso considera el cambio en el estatuto de la fotografía desde los años 50, marcando su carácter relacional. La muestra dedicada al Archivo de Llorenç Barber, que ha manifestado su deseo de que se quede en el IVAM, recupera la obra de un artista del contexto valenciano. En Alcoy una antológica de Juana Francés atiende su legado, para ponerlo en valor y difundirlo. Y, por último, la exposición que inauguramos para celebrar estos 35 años, «Escena I. Hacer paisaje. Colección del IVAM», nos sirve para cerrar y volver al inicio de este texto, porque el IVAM es escena y es colección. Toda exposición es una puesta en escena, una disposición donde objetos, acciones y palabras se encuentran, y establecen una serie de vínculos entre ellos, con la memoria del lugar, y con los públicos diversos que pasan a formar parte de ella. Hacer paisaje se entiende como una escena posible, que ahonda en esa articulación compleja entre el arte y el mundo, entre el escenario y el fuera de campo y entiende el paisaje como un verbo, un hacer, una acción: como contexto de y para la vida, más que como mera representación. Hacer paisaje es hacer lugar, definir un lugar propio y a la vez compartido. Os invitamos a formar parte de esta escena y a celebrar los 35 años del IVAM en el museo, compartiendo nuestras actividades este fin de semana.

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