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Espectáculo natural único en Sagunt

Divisar enormes bandadas de un ave amenazada que hace dos décadas apenas se podía ver en Doñana ya es posible en Sagunt. El "morito común" despegó gracias al "caracol manzana" y ahora se deja ver cada vez más

Espectáculo natural único en Sagunt

La actividad agrícola en tierras de marjal está permitiendo disfrutar de un auténtico espectáculo natural en Sagunt: Las enormes bandadas que se pueden ver a primera hora de la mañana y al atardecer de un ave protegida que hace más de dos décadas era rarísimo ver por la zona, el «morito común» (Plegadis falcinellus). Se trata de una especie cuya población ha acabado multiplicándose en gran parte del litoral mediterrráneo por un factor inicialmente desestabilizador en el Delta del Ebro, como fue la aparición de una especie invasora, el caracol manzana (Pomacea maculata).

La razón estriba en que la consolidación de ese «intruso» en el delta del Ebro no sólo ocasionó allí importantes desequilibrios, sino que favoreció la expansión de esa ave «devoradora de caracoles» que hasta finales del siglo pasado era difícil ver fuera del parque de Doñana y de hecho se incluyó en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas como de interés especial.

Esto hacía que, hace 20 años, a Sagunt solo llegasen ejemplares de «moritos» de una forma «muy excepcional». «Ver algunos era todo un acontecimiento», recuerda Ángel Bereje, experto en aves de Acció Ecologista Agró.

Sin embargo, la abundancia de «caracol manzana» en el delta del Ebro acabó provocando una superpoblación tan grande de «moritos» que favoreció su extensión por otras zonas de Cataluña como el Llobregat y Empordà, además de la Camarga francesa y el litoral de la Comunitat Valenciana.

En el caso concreto de Sagunt, este año se han visto «más que nunca» en el marjal de Almardà-Almenara y en el de Els Moros, como apuntaban desde Agró. Sobre todo, llama la atención verlos en bandada tanto si se madruga como al atardecer, cuando van juntos a su dormidero hacia esos dos humedales. Impresiona ver cientos de ejemplares juntos cuando hace dos décadas casi ni se veían.

Durante el día, también se les puede ver cuando van en busca de alimento allí donde pueden darse todo un festín de caracoles y lombrices. Así, hace unas semanas abundaban por la marjal de La Llosa y Xilxes atraídos por las labores en los campos de arroz, concretamente, por el «fanguejat» que consiste en remover la tierra con tractores, mezclando el barro con los restos de la paja para que se pudran, algo que siempre atrae a miles de aves en busca de comida.

Como el «fanguejat» en esas zonas ya ha concluido y ellos siguen la senda de algunos trabajos agrícolas, ahora se les ve más por la partida de la Palafanga, de La Llosa, donde los labradores han reducido los niveles de agua para empezar preparar la zona para el cultivo de melones y otros productos de temporada, es decir, han sacado a la luz los gusanos, cangrejos y demás especies que hacen las delicias de los «moritos».

Más adelante, cuando se empiecen las mismas tareas en El Quadro, es previsible que esta especie aproveche también para seguir en la zona antes de partir. De momento, es una incógnita si alguna pareja se quedará e intentará criar. El experto de Agró ve probable que alguna lo intente. De hecho, recuerda que «hace 5 ó 6 años» empezaron a hacerlo en el Marjal dels Moros, pero «compartían en espacio con las garzas reales y esto por ahora no ha ido a más». El tiempo dirá.

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