A falta de diez minutos para las dos de la tarde de este martes, ataviado con el habitual "pijama" blanco del Servicio Canario de Salud, el doctor Eufemiano Fuentes, imputado por un delito contra la salud pública en la trama de dopaje que investiga la Operación Galgo, recoge un maletín del asiento trasero de su vehículo tras aparcar, baja la cabeza para evitar los objetivos que le esperan y se dirige tranquilo, sin querer hacer declaraciones, a la entrada destinada a las urgencias en el ambulatorio de Altavista, en Las Palmas de Gran Canaria, donde cierran filas en torno a la figura del galeno. "Estas cosas son así"" se le oía decir después, resignado, a uno de sus colegas.

Aplicado y afectuoso

Dos días después de prestar declaración en el juzgado de instrucción número 24 de Madrid, del que salió en libertad con cargos, Fuentes acudía a su puesto de trabajo como médico de cabecera en su centro de salud. Entre el grupo de pacientes, algo reducido al ser por la tarde, se escapa alguna frase, algún comentario, pero pronto se silencian para revestir de rutina una incómoda tarde en el ambulatorio de Ciudad Alta, donde, aparentemente, Fuentes goza de una reputación de médico concienzudo, aplicado y afectuoso.

"Los compañeros le apoyamos"

Además, el galeno cuenta con una confianza casi ciega por parte de sus compañeros, donde el respeto es máximo. El martes, día de su reincorporación al trabajo tras todas las vicisitudes pvividas des de que fuera detenido por la Guardia Civil, le brindaron una atención considerada y especial. En el trato personal le regalaron gestos de cariño, mientras que ante la prensa no hablan; lo tienen prohibido. A pesar de esta premisa se les escapa una defensa a ultranza, claramente irritada ante las acusaciones que pesan sobre el especialista en farmacología y medicina deportiva. "Los compañeros le apoyamos"; "él está muy implicado en el cuidado de sus enfermos, que es lo importante", o "creemos, rotundamente, en su inocencia", fueran algunas muestras de las opiniones solidarias expresadas por sus compañeros.

"No cambiaré de médico"

Para sus pacientes, Fuentes es un profesional atento y correcto: "Es un buen médico"; "siempre se la ha visto preocupado y muy considerado"; "choca el enterarte de estos asuntos tan turbios, pero no me planteo cambios" o "ha sido un médico más que correcto", eran sentencias ofrecidas por algunos de los comentarios entre un grupo de enfermos donde ninguno quiso identificarse. El entorno profesional más cercano de Eufemiano Fuentes aísla y defiende al que ha sido su compañero desde que el imputado fuera puesto en libertad tras la investigación en el año 2006, en la denominado Operación Puerto.