Jaume Ponsarnau disfruta de sus últimos días de vacaciones con la plantilla cerrada y la satisfacción del deber cumplido en un mercado que, este año sí, ha permitido firmar a jugadores que está convencido que darán un salto de calidad al equipo. De hecho, tanto es así que el de Tàrrega confiesa a Levante-EMV que «en cuanto a calidad seguro que esta es la mejor plantilla que he tenido nunca». «He tenido años con mucho talento, incluso en Manresa, pero era un talento muy joven: Aquí tenemos jugadores contrastados en la Euroliga que pueden ayudar al equipo no sólo por su calidad, sino también con su personalidad y experiencia», explica.

Pese a ello, reconoce que algunas salidas inesperadas han trastocado sus planes iniciales. «Al analizar la plantilla encontramos una primera anomalía, y es que no hemos podido tener la continuidad que queríamos. Pese a ello hemos podido fichar calidad y sacar el máximo en el mercado. Tenemos una muy buena plantilla, ahora tenemos que construir un equipo», puntualiza el preparador taronja.

Con esa anomalía se refiere a la marcha no sólo de Alberto Abalde con destino al Real Madrid tras pagar su cláusula de rescisión de 1,5 millones de euros, sino también a la de un hombre muy importante en sus esquemas como Aaron Doornekamp con rumbo al Iberostar Tenerife. «Es un líder de trabajo y a los entrenadores nos gustan estos jugadores porque son líderes y un gran ejemplo para los jóvenes y el resto de compañeros. Es un ejemplo en muchas cosas al margen de tener una calidad evidente, una polivalencia y capacidad para abrir el campo, además de que defensivamente es muy bueno. No hemos podido verle mucho más que esto, es cierto, pero era un jugador importante en la plantilla». Suplir el hueco que dejaban ambos no era tarea sencilla, pero el Valencia Basket supo moverse bien y con celeridad para conseguirlo.

Así lo evidencian refuerzos de la talla de Klemen Prepelic, Nikola Kalinic, Martin Hermannsson o Derrick Williams, y que han supuesto un auténtico golpe de efecto en el mercado además de una mejoría sustancia a lo sucedido hace sólo un año. «El mercado ha cambiado y la visión que tiene el mercado del Valencia Basket también. Hay tres cosas que han influido de manera positiva este verano. Lo primero es que hemos competido muy bien en la Euroliga, gustaba a los jugadores cómo jugábamos y el estilo. Lo segundo es que los jugadores han venido a Valencia y han visto el sitio, la ciudad y el contexto de un club serio, con capacidad para crecer mucho, el ambiente de los partidos y eso nos ha hecho más atractivos. Y tercero está el marco del Covid-19. Que el Valencia Basket se haya mantenido firme en sus pagos y compromisos ha dado una imagen muy buena, mejor que la del verano pasado», admite Ponsarnau, que admite que en esta ocasión «sí que hemos podido fichar primeras opciones».