La dirección de Ford Almussafes propuso ayer a los sindicatos un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para 630 trabajadores de la planta de producción de vehículos para llevar a cabo un ajuste «estructural» de la producción de la factoría para amoldarse al escenario actual, en el que la pandemia ya queda en segundo plano y donde es el proceso de electrificación del automóvil el que surge como principal motivo de la decisión. Tras un año de agonía para la factoría, el anuncio de ayer evidencia que esa transformación ha atropellado a Ford Almussafes y, según los representantes sindicales, deja al proyecto valenciano en un estado «crítico».

Tras acumular seis ERTE desde el inicio de la crisis sanitaria, la dirección aclaró ayer que la situación actual no es coyuntural. Es decir, que tras un paréntesis de incertidumbre ya considera probado que existe un cambio en el patrón de consumo y que, más allá de la pandemia, los modelos a combustión no se venden. Por eso, ha propuesto bajar el número de vehículos producidos a diario desde los 1.640 actuales —que por los constantes expedientes apenas se han alcanzado en el último año— a 1.360. Una reducción de 280 unidades al día que todo apunta a que podría provocar la extinción del turno de noche, aunque este extremo no está confirmado. En total, Almussafes fabricará unas 50.000 unidades menos hasta final de año.

Solo el Kuga resiste

La planta de Almussafes produce cinco modelos de Ford y solo uno de ellos, el Kuga, es híbrido. El resto —S-Max, Galaxy, Mondeo y Connect—, son de combustión. Según apuntaron tanto dirección como sindicatos, el mayor desplome de ventas se está dando en estos últimos, que acumulan pérdidas de entre el 45 % y el 60 % y, por tanto, la reducción de la producción se centrará esencialmente en ellos, aunque también se prevé que afecte al primero pese a que su demanda «sigue siendo fuerte», según la propia Ford.

Asimismo, los representantes de los trabajadores aseguran que la empresa les trasladó en la reunión que las ventas de híbridos y eléctricos se han disparado, pasando de suponer un 4 % de cuota de mercado a rondar actualmente el 20 % pese a la «incertidumbre» que todavía pesa en el comprador sobre el «tipo de motorización» a adquirir.

«Oferta trampa»

Por el momento, los sindicatos rechazaron posicionarse y la organización mayoritaria en la planta valenciana, UGT, solicitó un plazo de 15 días antes de dar una respuesta. Su portavoz y presidente del comité de empresa, Carlos Faubel, entiende que es necesario «ganar tiempo» para acudir primero a la reunión que el comité de empresa europeo tiene prevista el 30 de marzo. Al día siguiente se producirá la cita con la dirección de Almussafes.

UGT alertó en cualquier caso de que la empresa ha hecho una oferta menor a las planteadas anteriormente porque el coste actual de esos despidos sería mucho mayor por el elevado número de afectados y por la «escasa bolsa de personal con edades cercanas a la jubilación».

Cabe recordar que, además de la media docena de ERTE, la plantilla sufrió un ERE en 2020 que comportó 320 despidos que terminaron de ejecutarse en diciembre, hace menos de tres meses. De cristalizar lo propuesto ayer en los términos que plantea la empresa, los despidos en Almussafes en menos de un año superarían las 1.000 personas.

El comunicado de UGT añade que los actuales acontecimientos son de una «trascendencia insospechada» y dejan a la factoría ante el momento «más difícil de su historia», por lo que piden unión y colaboración a los trabajadores y, en caso de «no obtener resultados», recurrirán a la movilización.

El clúster de la automoción de la Comunitat Valenciana AVIA reconoce que la medida anunciada ayer por Ford para su planta de Almussafes tendrá un ‘efecto dominó’ en las empresas del sector, en función de su nivel de dependencia de la multinacional, tanto en sus cifras de negocio como de empleo. Estas industrias auxiliares generan una facturación conjunta de algo más de 12.432 millones de euros, lo que supone el 11,8% del PIB de la autonomía. La asociación profesional presidida por Mónica Alegre aglutina a 116 compañías metalmecánicas, de plásticos, ingenierías, servicios, logística, envase y embalaje y consultoras; gran parte de ellas ubicadas en el parque de proveedores de Almussafes. Por el momento no saben elimpacto concreto sobre el empleo.

AVIA ha puesto de relieve que tanto los fabricantes de primeros equipos y componentes para Ford como los proveedores de otras firmas de vehículos han tratado durante estos meses de aplicar medidas de flexibilidad laboral para evitar los despidos. Sin embargo, la caída de la demanda obliga a estas reestructuraciones. Mientras tanto, la Conselleria de Economía seguirá apoyando a Ford Almussafes «por ser la empresa tractora en el ámbito de la automoción y mantiene su compromiso con este sector industrial». Asegura que son «momentos difíciles, disruptivos, de cambio y transición» hacia el coche eléctrico por parte de la factoría de la automoción, «uno de los sectores más importantes de la economía valenciana».