El puerto de València: dos décadas por delante en sostenibilidad

La APV avanza en ocho líneas de eficiencia energética para llegar en 2030 al gran objetivo fijado internacionalmente para 2050: las cero emisiones netas

Imagen aérea del enclave valenciano.

Imagen aérea del enclave valenciano. / Valenciaport

José Luis García Nieves

José Luis García Nieves

La Autoridad Portuaria de València no es una recién llegada al territorio de la sostenibilidad. Desde finales de la década de los 90 ha tratado de innovar y trabajar sobre esas coordenadas. Y desde hace ahora 15 años mide lo que se contamina y desde dónde se contamina dentro del puerto.

«El concepto de huella de carbono es un concepto maduro en el puerto de Valencia. Desde 2008 se ha producido un incremento sustancial del movimiento de mercancías y, en paralelo, un descenso de la huella de carbono», explica Federico Torres, director del Área de Transición Energética de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV).

Hoy, el puerto camina hacia un horizonte concreto y real: las cero emisiones netas en 2030, anticipándose dos décadas a las exigencias normativas internacionales. El directivo pone en valor un principio de actuación: cuando podría limitarse a medir las emisiones que genera la Autoridad Portuaria propiamente dicha, la realidad es que se mide y asume como propias todas las emisiones que se generan en el recinto. Es una manera de involucrarse con la comunidad portuaria, señala Torres, y también de motivar a actuar a las empresas que forman parte de ella.

Operativa de carga y descarga en el puerto de Valencia.

Operativa de carga y descarga en el puerto de Valencia. / ED

Para saber dónde actuar, lo primero es medir. El puerto conoce al detalle cuáles son sus debilidades en materia de sostenibilidad. El 45 % de emisiones se produce con los buques atracados; el 25 % en maquinaria portuaria; el 14 % en servicios técnicos náuticos (amarradores, prácticos y remolcadores) y un 12 % en transporte terrestre.

Según explica Torres, la ambición ambiental del puerto no es una cuestión filosófica. Tienen los proyectos y tienen el calendario estipulado para avanzar en la descarbonización de estos ámbitos durante los próximos años. «Hemos pasado de las musas al teatro», dice Torres, tomando prestada la expresión del Siglo del Oro español.

Y para alcanzar esa concreción, para pasar de los ideales a las realidades, trabajan en 8 líneas estratégicas para mitigar las emisiones del transporte marítimo, transporte ferrocarril, actuación en terminales, resiliencia en edificaciones, movilidad portuaria, transporte terrestre o la optimización de las renovables.

Uno de los proyectos más avanzados es la electrificación de los muelles, el sistema Onshore Power Supply para llevar el suministro eléctrico a los buques. Ya se ha licitado el primer proyecto, y en enero sale la segunda para dar cobertura a buques de ferrys y pasajeros. Son proyectos a dos años vista que estarán en funcionamiento desde principios de 2025. Y en los próximos meses sacará distintas licitaciones para dar cobertura a diferentes muelles.

En paralelo a este proyecto, la APV trabaja en la ampliación de la capacidad energética en el recinto. «Para entender las magnitudes, todo el puerto se alimenta con 12,7 megavatios. Un buque nos exige 12 megavatios. No podemos apagar todo el puerto para atenderle», explica Torres gráficamente. En este sentido, desde 2018 el conjunto de la energía que se consume en la Autoridad Portuaria es 100 % renovable, según certifica la CNMC.

Recreación de los aerogeneradores que la Autoridad Portuaria promueve en la ampliación norte.

Recreación de los aerogeneradores que la Autoridad Portuaria promueve en la ampliación norte. / ED

El siguiente paso es avanzar hacia la autosuficiencia, para anticiparse a problemas de coste como los sufridos el último año con la crisis energética. Dentro de esa filosofía, la APV ha puesto en marcha diferentes proyectos. Por un lado, el plan para instalar tres aerogeneradores con 18 megavatios en total en la ampliación norte. Ya se ha presentado a la Conselleria de Industria el anteproyecto para la evaluación ambiental.

En paralelo, la APV impulsa 3 proyectos fotovoltaicos. Uno de ellos es el de Gandia, que va a ser el primer puerto de interés general en España en ser autosuficiente. Los otros dos, en Valencia, en el dique Príncipe Felipe y en el dique del este. El proyecto eólico y los dos fotovoltaicos sumarán 25 megavatios en ese camino hacia la autosuficiencia.

Innovación renovable

Pero aspiran a más. En este momento, la APV impulsa varios proyectos innovadores en materia de energía de renovables. Uno de ellos, que desarrollan de la mano con una startup, pretende ‘forrar’ todo el dique de la ampliación norte (1,5 km de largo y unos 20 metros de altura) con placas fotovoltaicas, donde la innovación está en la fijación de las placas en la estructura del muro. Este proyecto podría sumar otros 2,5 megavatios adicionales.

Además, desde la perspectiva innovadora, el Puerto es ahora mismo un laboratorio donde se investiga la aplicación de energías alternativas, como la undimotriz, que es la energía del movimiento del oleaje; o la energía solar flotante: «La que más ilusión nos hace», dice Torres, por su impacto potencial en la transición energética.

Estos no son los únicos caminos que el puerto está explorando para la descarbonización de la actividad que acoge. Junto a las embarcaciones, hay un segundo gran vector de emisiones dentro del puerto, que es la maquinaria, y la APV también ensaya ya soluciones concretas. Ahí aparece la apuesta del hidrógeno. El Puerto es el primero del mundo que utiliza cada día maquinaria que funciona solo con hidrógeno verde. Y, por último, el directivo portuario señala el incremento del transporte ferroviario para el movimiento de mercancías. «Todas estas acciones en paralelo nos permiten ser ambiciosos y realistas en la consecución del gran objetivo cero emisiones en 2030. Son realidad, no teoría; son respuestas encima de la mesa», concluye.