Sudáfrica maniobra

La Citrus Growers Association (CGA) –los exportadores de Sudáfrica- vuelve a las andadas y juega al victimismo. Marea, confunde, hace trampas y chantajea y no es la primera vez. Todo sea con tal de evitar la aplicación real durante 2023 del tratamiento de frío a sus exportaciones de naranjas a la UE. Ahora presiona abiertamente a su Gobierno para que pida «urgentemente» el establecimiento de un panel en la OMC con el que frenar la medida fitosanitaria que la Comisión implementó para impedir la llegada de toda una plaga ‘prioritaria’, como lo es la ‘Falsa polilla’. Aprietan como el potente lobby que son ahora en Pretoria pero también lo hacen en Bruselas y es de suponer que ya contarán con algún aliado europeo para respaldar su causa. En julio ya se activó formalmente la acción ante la OMC pero ahora se quiere lograr «algún progreso» antes de que claro, comience la campaña de envíos desde el hemisferio sur.

Tienen motivos fundados para la esperanza porque, en su teórico primer año de aplicación -2022-, los sudafricanos ya lograron evitar su cumplimiento y es más, consiguieron que muchos Estados miembros ni se preocupasen por controlarlo. Nunca mejor dicho: supieron llevar su estrategia a buen puerto, puerto ‘amigo’ podría decirse. Su artimaña fraudulenta fue simple: ‘yo –autoridad sudafricana- te firmo un certificado fitosanitario oficial supuestamente acorde a las nuevas condiciones comunitarias y tú –autoridad fitosanitaria del país importador- te crees que es bueno’. El papel lo soporta todo pero lo cierto es que, Sudáfrica reinterpretó de manera sui generis el reglamento y se limitó a recrear en los papeles aquel paripé. En la inmensa mayoría de los casos no hubo preenfriamiento, tampoco se dio el tratamiento requerido más que a la temperatura ambiente del contenedor, ni se utilizaron sensores para comprobar que se aplicaba donde se exige, que es sobre la pulpa de la naranja… En noviembre y en el contexto de una visita a Valencia organizada por la Generalitat de responsables en esta materia de la Comisión ya quedó acreditado aquel engaño. Ahora, la CGA repite como en julio, que la medida es «innecesaria» ; «injustificada» –viene avalada por la autoridad científica comunitaria, la EFSA y por otros tantos organismos-; «desproporcianada» –la alternativa acorde al derecho internacional sería vetar las importaciones- e «inviable» –la propia Sudáfrica aplica tratamientos de frío más rigurosos en sus exportaciones a 21 países-. Es todo ridículo.

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