La fruta de verano valenciana sortea la sequía

La producción de melocotones, nectarinas, ciruelos y albaricoques crecerá un 20% respecto a 2022

Un agricultor recolecta  paraguayos en un campo de La Ribera.

Un agricultor recolecta paraguayos en un campo de La Ribera. / JOSÉ LUIS ZARAGOZÁ

José Luis Zaragozá

José Luis Zaragozá

La sequía asfixia al 80% del campo español con pérdidas irreversibles. Aunque no a todo el sector agrario afecta por igual. La falta de lluvias está pasando una mala pasada a los cereales y también, a los cultivos mediterráneos, sobre todo los de secano. Sin embargo, la fruta de hueso, también llamada de verano, cuyas explotaciones son de regadío en la Comunitat Valenciana, (melocotones, ciruelos, nectarinas, ciruelos o albaricoques, entre otras), a pesar de los mayores costes de explotación, esperan una buena campaña en 2023 debido a la mayor cantidad de fruta, calibre y calidad que el año pasado. Mucho mejor también en precios. Con todo, ese no es el escenario de regiones competidoras como Murcia y Andalucía, donde sí sufren de lleno restricciones de riegos en sus explotaciones debido a los recortes de aportaciones de caudal de sus respectivas confederaciones hidrográficas.

La fruta de verano valenciana sortea la sequía

La fruta de verano valenciana sortea la sequía / JOSÉ LUIS ZARAGOZÁ

Así lo certifica a pie de campo el responsable de la sectorial de fruta de hueso de AVA-Asaja, José Luis Sanz. Desde Alfarp (La Ribera Alta), donde ya ha comenzado la recolección de nectarinas. Este agricultor asegura que esta campaña, en principio, será buena. «Hemos tenido suerte respecto al año pasado porque en marzo y abril de 2022 las lluvias fueron demasiado copiosas y perjudicó a los frutales después de 28 días lloviendo, lo que paralizó el proceso de engorde y maduración de las frutas», destaca Sanz.

La fruta de verano valenciana sortea la sequía

La fruta de verano valenciana sortea la sequía / JOSÉ LUIS ZARAGOZÁ

Variedades precoces

La campaña, a través de las variedades más precoces, apunta precios más elevados en melocotones, paraguayos y albaricoques en las principales localidades productoras de La Ribera. El valor en origen, que el año pasado se hundió hasta los 0,25 euros/kilogramo en el caso de los melocotones, en esta campaña se multiplicará por cuatro, con lo que ya se ofrecen precios en campo que se situán -en función de la calidad y calibre- entre 0,80 y 1 euro, «con lo que se cubren los costes de explotación, si bien con escasos márgenes comerciales», apunta José Luis Sanz.

«Sea como fuere, los precios están bien y esperamos una campaña mayor en producción después de tres años tan horribles», agrega. El año pasado se llegaron a recolectar 40.000 toneladas (hubo mermas de entre el 40% y el 50% por el efecto de las lluvias) y este año se podría llegar a 50.000 toneladas, lo que supone un incremento del 20% a pesar de arranque de campos por falta de rentabilidad. «La producción será mayor porque los árboles tienen más cantidad de fruta», explica el dirigente de AVA-Asaja.

Eso es bueno para la exportación. El 80% se vende en mercados internacionales, sobre todo en Francia, Italia, Alemania y, en menor medida, Reino Unido, ya que desde el bréxit las grandes cadenas de distribución británicas optan por acudir a países como Turquía, Marruecos o Sudáfrica para acopiarse de frutas de hueso.

La situación es diferente en el caso de cultivos de algunos territorios de la Comunitat con gran implantación de la cereza (El Comtat y Marina Alta), así como con los nísperos (Callosa d’en Sarrià y la Marina Baixa). En esta campaña también hay que destacar el aumento de los costes de producción, que se cifran en más de un 30% por la subida de los precios de los fertilizantes, envases, plásticos de los invernaderos, transporte o agua de riego, entre otros. Y también existen problemas para conseguir mano de obra que recolecte los campos pues se trata de una campaña muy corta, totalmente manual en el caso de algunos cultivos como el níspero y que se sitúa en el ámbito geográfico de una zona donde el turismo absorbe mucho empleo.

La fruta de verano valenciana sortea la sequía

La fruta de verano valenciana sortea la sequía / JOSÉ LUIS ZARAGOZÁ

Elevadas temperaturas

La Unió Llauradora, en su último informe, indica que las temperaturas altas de las últimas semanas y la ausencia de lluvias marcan el inicio de la campaña de recolección del níspero en la comarca de la Marina Baixa. Las elevadas temperaturas y el sol tan intenso para esta época del año han adelantado la campaña dos semanas aproximadamente ante un menor tiempo de polinización y mermarán la calidad del níspero, provocando daños en su piel como manchas púrpuras al ser una fruta muy sensible. También la climatología provocará que los calibres sean más pequeños de lo que es habitual. La producción, por tanto, se resentirá con estos factores climatológicos y habrá menos kilos para comercializar.

Sin embargo, según explica la organización agraria liderada por Carles Peris, el dulzor y sabor de esta primera fruta de la primavera está más que asegurado. Las pocas lluvias han propiciado que pese al tamaño la fruta tenga más calidad, por estar más dulce y concentrada, con unos índices de azúcar y ácidos excelentes.

También otra fruta de hueso que lo está pasando mal es el de las cerezas de la montaña de Alicante, amparadas por una indicación geográfica protegida y muy apreciadas en los mercados comunitarios, que encadena cinco años de cosechas desastrosas. Hilario Calabuig, presidente del consejo regulador, señala que el fuerte calor y la sequía van a traer como consecuencia la pérdida del 90% de la producción en las zonas de secano, situadas principalmente en las comarcas de la Marina Alta y El Comtat, lo que dejará la cosecha total en unos tres millones de kilos, informa Miguel Vilaplana.

En la actualidad se encuentra en estudio un proyecto para reutilizar para el riego las aguas de una depuradora cercana, la situada en el municipio de Muro, una solución que resultaría muy adecuada para aliviar la situación de los árboles en momentos de sequía como el actual. «El inconveniente -apunta Calabuig- es que se trata de una iniciativa que se encuentra aún en su fase inicial y no sabemos cuándo podremos disponer de ella».

Los agricultores soportan mayores costes de explotación, si bien los precios de las variedades precoces son cuatro veces superiores a los del año pasado. La situación del campo valenciano contrasta con el de Murcia y Andalucía, que sí sufren problemas de calibre por las elevadas temperaturas y falta de riegos F

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