La importancia de las emociones en la comunicación

“La gente olvidará lo que dijiste, pero recordará como le hiciste sentir”. Así de clara se mostró Paloma Moreno, profesora de EDEM Escuela de Empresarios y experta en competencias directivas, en una conferencia  centrada en la comunicación consciente y deliberada, celebrada en el Hub de Empresa de Banco Sabadell la pasada semana. Citó a Maya Angelou, autora original de la frase, para remarcar la importancia de la actitud del emisor de un mensaje en el éxito de una comunicación efectiva. Y es que la comunicación se puede controlar y ser consciente del impacto de las palabras dichas. 

‘Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti’, ¿un falso mito?

Aunque abordó el apartado emocional de la comunicación, la conferencia se centró en los roles del emisor y en las respuestas conductuales del mismo. Pero Moreno regresa al espacio, el próximo miércoles 13 de diciembre a partir de las 13 horas, para ofrecer una segunda ponencia centrada en las emociones de la comunicación: ‘El éxito de la comunicación y sus emociones’.  Como es habitual en la programación de actividades del espacio Hub Empresa del Banco Sabadell, la actividad se podrá seguir de forma presencial en la sede de València o de forma telemática, aunque será necesario realizar una inscripción en cualquiera de las dos modalidades. 

De los datos a las emociones

En esta segunda entrega, Paloma Moreno transmitirá el poder de las palabras, pero de un modo diferente. Abandonará el terreno racional, los datos, para centrarse en las emociones. Porque, según ha avanzado la experta, es importante explorar “cómo transmitir mensajes poderosos y efectivos conectando con las emociones de nuestro público”. 

En esta segunda entrega, Paloma Moreno analizará las herramientas clave para comunicar desde las emociones no sólo en el entorno empresarial, sino en todos las áreas de la vida de una persona. Según la experta, si se utilizan estas herramientas y se consigue sumar emoción en las interacciones personales, se puede generar un impacto más profundo y significativo en las personas con las que se interactúa. En definitiva, aquello que sentimos es mucho más poderoso que las palabras, porque se queda mucho más grabado en la memoria emocional.