Tener una actitud positiva ante los retos es el primer paso para afrontarlos con éxito. Y por eso hoy quiero hacer lectura positiva de la llegada de la covid en el ámbito de la empresa: se ha avanzado en el teletrabajo cuando hace meses se hablaba de que España estaba a años luz de sus vecinos europeos, se ha ganado en la sincronización de proyectos, en la conciliación familiar y, además, se ha avanzado en la digitalización de muchas pymes. Hasta la llegada de la pandemia, esta última era una de esas tareas que siempre estaban en el cajón pero nunca era el momento para esa transformación digital y ha tenido que venir un microbio diminuto para que las empresas españolas se pongan las pilas y den el salto. El miedo es un buen motor en la vida y así fue.

Ya, en esta nueva realidad, muchos autónomos y pequeños negocios de barrio ya tienen e-commerce, reparto a domicilio, incluso algunos cuentan con APP móvil, muchos venden por Glovo, por Instagram y Facebook y, los más avispados, han empezado incluso a vender en Amazon o Aliexpress. ¡Y todo esto en cuestión de meses cuando los expertos nos decían que tardaríamos años! Ha sido toda una auténtica travesía para muchas empresas que aún hacían las cuentas con boli y calculadora y que ya cuentan con una amplia gama de herramientas digitales que les facilita su día a día.

El primer paso, ya está dado, pero ahora viene el más importante y duro: digitalizarse para siempre. Por mi experiencia en el Grupo Mox vengo detectando que el delivery y la digitalización es una tendencia que viene desde hace más de 10 años creciendo a pasos agigantados y que ha venido para quedarse. No hablamos de ninguna moda pasajera que, una vez que se vaya la covid y volvamos a esa ansiada normalidad, ya nadie pedirá a través de web y volverán a hacer las compras físicas. No.

Es obvio que es probable que esas compras físicas aumenten, pero hemos de mirar al futuro. En China ya es habitual recibir tus compras online en delivery en menos de 1 hora. Esa es la tendencia y lo que el usuario está demandando y en esa dirección es hacia donde iremos. Ahora toca digitalizarse para siempre y digitalizar otros procesos que faciliten que el ritmo de trabajo sea más fluido, más rápido y más digital.

Toca avanzar en integraciones con proveedores que faciliten la reposición de productos, toca digitalizar avisos de stock, descansos y vacaciones y un sinfín de necesidades en el día a día de las empresas que han de ser digitalizadas por el bien de la empresa.

Es un error quien piense que ya está todo hecho por vender en Just Eat y por recibir pedidos por teléfono o por web. Toca seguir innovando y, sobre todo, en hacer nuestro producto o servicio diferenciador del de la competencia en un mar cada vez más lleno de tiburones ansiosos de devorar clientes. Ya no es un valor añadido tener el delivery, se da por hecho y, si no lo tienes, estás fuera de esa liga.

¿Cuál es el siguiente paso? Seguir digitalizando la empresa para siempre o morir.