El cambio de rutinas y hábitos durante las últimas décadas, así como el nuevo papel de la mujer en la sociedad, han dado como resultado un retraso generalizado en la edad de maternidad. De este modo, cada vez es más frecuente encontrar mujeres que son madres pasados los 40 años.

España es el país europeo en el que más se retrasa la maternidad, superando a Italia y a Grecia. En la actualidad, la edad media para ser madre en España es de 31 años, según un estudio de Eurostat. Esto supone un descenso de la natalidad, que en 2018 llegó a los mínimos de hace 20 años, con un total de 373.00 nacimientos.

La crisis económica, la situación laboral o la inestabilidad económica son las principales razones para explicar el retraso de la maternidad en España, que en 1975 se situaba en los 25 años. Ahora, la crisis del coronavirus podría contribuir a empeorar esta situación.

El retraso generalizado de la maternidad ha derivado, indirectamente, en un aumento del 60 % en los nacimientos a partir de los 40 años durante la última década. Además, el 8,8 % de las mujeres son madres a partir de esta edad. Sin embargo, ser madre a partir de los 40 años trae ciertos riesgos, pues la reserva ovárica de la mujer está, prácticamente, agotada. De este modo, el 97 % de estas mujeres requieren de una ovodonación.

Como consecuencia del retraso de la edad de embarazo, en los últimos años también se ha experimentado un aumento de las parejas que necesitan recurrir a centros de reproducción para tener hijos. De esta forma, España se ha convertido en el país de Europa donde se realizan más tratamientos de reproducción asistida al año, por delante de Francia y Rusia: 110.000 ciclos de reproducción asistida, según el último informe publicado por la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE).

La infertilidad afecta a un 15 % de la población española, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), mientras que la tasa de fertilidad está por debajo de la media europea (1,32 frente a 1,58). De este modo, más del 8 % de las mujeres españolas que desean ser madres en España se someten a un tratamiento de reproducción asistida.

En 2018, España registró un total de 183.437 ciclos de reproducción asistida que contribuyeron al nacimiento de 37.094 bebés. Así pues, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 9 % de los nacimientos en España se dan a través de la reproducción asistida.

Cuándo recurrir a la ovodonación

La reproducción asistida es una disciplina médica que favorece el embarazo. ED

La reproducción asistida es una disciplina médica que favorece el embarazo en mujeres, además de ayudar a afrontar la maternidad individual y a parejas de mujeres. Por lo tanto, es una especialidad que contribuye a crear nuevos modelos de familia.

A pesar de que existen diferentes tipos de tratamientos y técnicas de reproducción asistida, la fecundación in vitro es la más común en España. Este tipo de tratamiento requiere una alta complejidad, pues une un óvulo con un espermatozoide en un laboratorio para obtener embriones que, posteriormente, se transmiten al útero materno. En la actualidad, tiene unas tasas de éxito superiores a otros tratamientos, como la inseminación artificial o el coito programado.

“Por cuestiones sociales, muchas mujeres han tenido que retrasar su maternidad”, confiesa el doctor Javier Díaz, jefe de la Unidad de Reproducción Asistida de Quirónsalud Valencia. “El programa de ovodonación es el que tiene mejores resultados y ofrece a estas mujeres la posibilidad de embarazo. En los ciclos de fecundación in vitro clásica, con ovocitos propios en pacientes de 40 o más años, se consigue embarazo en aproximadamente un 14 % de los casos en el primer ciclo y mientras que más de la mitad de las transferencias con ovocitos donados consiguen en el primer intento”

Desde 1988, la fecundación in vitro permite inseminar óvulos de otras mujeres para facilitar el embarazo de aquellas mujeres con dificultades para gestar un embrión por ellas mismas. Esta técnica, conocida como ovodonación, permite a estas mujeres la oportunidad de tener hijos con una eficacia cercana al 70 %.

La donación de óvulos es un tratamiento de reproducción asistida diseñado para mujeres en edad avanzada (a partir de los 35 años) con fallo ovárico, mala calidad de ovocitos o enfermedades hereditarias. “La ovodonación está indicada en mujeres sin función ovárica. En este grupo tenemos a las mujeres menopaúsicas, los casos de fallo ovárico prematuro por haber recibido radioterapia pélvica, tratamientos de quimioterapia, extirpación de los ovarios, trastornos hereditarios, autoinmunes y enzimáticos”, asegura la doctora María Sebastián, especialista de la Unidad de Reproducción Asistida Quirónsalud Valencia, quien puntualiza que “también estaría recomendada en mujeres en las que, a pesar de tener función ovárica, han fallado otras técnicas de reproducción asistida o con edad elevada”. 

En España, alrededor de un tercio de los ciclos de reproducción asistida de alta complejidad corresponden al programa de ovodonación. “En nuestra clínica de Quirónsalud Valencia, el 37.5 % de los ciclos realizados el año pasado fueron con donación de ovocitos”. Durante la pandemia, este tipo de tratamiento ha aumentado un 36 %.

Perfil de la donante

La donación de óvulos en España está permitida desde 1988, con una serie de condiciones médicas y legales. “Las mujeres que deciden ser donantes de ovocitos en España lo hacen de manera anónima, voluntaria y altruista”, destaca la doctora Sebastián.

Las mujeres donantes de óvulos deben tener entre 18 y 35 años. ED

Respecto del perfil que deben tener las mujeres donantes de óvulos en España, el jefe de la Unidad de reproducción de Quirónsalud afirma que “deben tener entre 18 y 35 años, estar en buen estado físico y psíquico y no presentar ellas ni ningún familiar enfermedades genéticas transmisibles”. Por otro lado, “tampoco se puede superar el número máximo autorizado de hijos nacidos generados de gametos de una misma donante, sean hijos propios con o sin técnicas de reproducción asistida, que es de seis”. 

En el momento de la selección de las mujeres donantes de ovocitos, el doctor explica que se hace “una exhaustiva historia clínica, exploración física, una serie de analíticas y pruebas para descartar enfermedades infecciosas, además de un estudio de compatibilidad genética para conocer si es portadora de alguna enfermedad autosómica recesiva de las que se estudian, con el fin de evitar que el otro progenitor también lo sea”.

Proceso de la ovodonación

Una vez seleccionada la donante que cumple con los requisitos para entrar en el programa, se inicia el ciclo de estimulación ovárica. “La medicación consiste en gonadotropinas administradas de manera subcutánea y varios controles ecográficos para el recuento folicular. Cuando se considera que está preparada, con múltiples folículos que alcancen los 17-18 mm de diámetro, se programará el quirófano para la punción y extracción de ovocitos”, explica el doctor Díaz. Este proceso se realiza en quirófano, a través de una sedación.

En un ciclo de estimulación de donantes, que suele durar unos 10 días, se extraen de media alrededor de 20 ovocitos. “Se trata de mujeres normo o hiperrespondedoras, pero de estos no todos sirven, ya que esta cifra incluye ovocitos inmaduros o atrésicos”, señala el doctor de Quirónsalud.

Una vez extraídos los óvulos de la donante, los ovocitos obtenidos pueden ser vitrificados para ser utilizados más adelante. La vitrificación de óvulos es un tratamiento que favorece la preservación de la fertilidad femenina y permite conservar los óvulos con su calidad intacta por un tiempo indefinido. Durante la pandemia, los tratamientos de vitrificación de óvulos han aumentado un 60 %, lo que evidencia que no ha cesado el deseo de ser madre.

Según los datos ofrecidos por Quirónsalud, alrededor del 75 % de los ovocitos obtenidos son vitrificados o inseminados. “Los ovocitos fecundados se dejan en cultivo entre 3 y 6 días. Además, se puede programar la transferencia embrionaria de manera simultánea o se pueden vitrificar los embriones y, de manera diferida, preparar a la receptora”, argumenta la doctora María Sebastián.

“Hay varias formas de preparación endometrial y dependerá de las condiciones de la receptora, con o sin función hormonal y de las preferencias del médico especialista y/o paciente. Se puede preparar a la receptora en un ciclo natural sin medicación (aquí debe tener la paciente función ovárica preservada) o preparar con terapia hormonal en la que se administran estrógenos y progesterona”, asegura.

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