La victoria de Na Jordana es una sorpresa no porque la falla o el artista no lo valgan, que sí que lo valen, sino porque a lo largo de los últimos meses se había hablado muchísimo más de otras participantes. Tanto, que la comisión del Carmen había quedado agazapadita en un discreto segundo plano, junto con Gayano Lluch, mientras las apuestas iban moviéndose entre Convento Jerusalén „con su gran desembolso económico„, Duque de Gaeta „con el rey de reyes Monterrubio„ y Maestro Gozalbo „con el talento de futuro„. Sin embargo, conforme se fueron desgranando los premios, las sorpresas se fueron sucediendo. Los premios de ingenio y gracia ya pusieron en valor a las «tapaditas», pero el canto de Pere Fuset de los galardones fue una sorpresa tras otra. Con el jurado delante.

Los últimos premios de Sueca y Ciscar-Burriana pueden considerarse más o menos esperados, lo que venía a significar que el «sin premio» era para el Barrio Beteró, a pesar de su sublime temática. Pero el primer golpe fue para Convento, que se al sexto puesto.

Malvarrosa mantuvo con el quinto puesto su excelente valor con las obras de Miguel Hernández. Después vendría el cuarto de Gayano Lluch, que cabía dentro de lo posible (el subcampeonato de 2015 estaba carísimo). Y al llegar al bronce, sorpresón: Duque de Gaeta, Julio Monterrubio, al tercer premio.

Al leerse ahora no sólo el nombre de la falla, sino también el del artista, hubo tiempo para digerir el dilema: «o Blanch o Iván». Y al leerse la medalla de plata, todo quedó desvelado. Victoria de Na Jordana, segundo Maestro. Para Iván Tortajada, debutar con poco presupuesto y llevarse el segundo premio podría considerarse como una victoria. Eso sí, supone un punto de decepción: es la primera vez en su carrera que no gana. Porque esa misma tarde había sumado una nueva victoria en Corretgería.

La sociedad Na Jordana-Joan Blanch sabe mucho de lo que le pasaba por la cabeza a Convento Jerusalén. Alguna que otra vez recientemente les pasó lo mismo: soñar con la victoria e irse a la «Europa League». El presidente de Convento, Santiago Ballester, no salía de la conmoción. «De verdad tengo que decir que no. Y que no. ¿El sexto? No lo entiendo y ojalá nos digan algún día qué hacemos mal. Lo hemos intentado con todos los estilos, con todos los artistas. No quiero decir mucho porque luego me puedo arrepentir, pero no nos podemos callar. Sí, había competencia, es verdad, pero llevarnos el sexto no lo entenderemos nunca». No hay factores externos a los que achacar nada: el jurado fue elegido por las propias comisiones y tenía caras muy conocidas, como Marcos Chico, Fernando Ruiz González de Lopidana o José Miguel Calap. «En ese sentido no puedo decir nada en contra ni cuestionar la limpieza. Pero nos tienen que explicar qué hemos hecho mal. Y conste que felicito a Na Jordana. Por Pere y porque soy fan de Blanch».

Frustración también en Duque de Gaeta, aunque el presidente Marcos Soriano reconocía que «si cuando ganamos no pedimos explicaciones, no lo vamos a hacer ahora. Los primeros minutos han sido muy duros, pero a partir de ahí sólo puedo decir que estoy encantado con la falla de Julio Monterrubio y que lo único que espero es que continúe con nosotros, porque eso sólo depende de él».

Acaba así el curso 2016 de fallas infantiles, con unos monumentos en todas las categorías de bastante buena calidad. Salen reforzados nombres como Mario Pérez, Ángel Navarro, el matrimonio Sergio Musoles-Ana López, Fernando Foix, Carlos Carsí o Javier Fernández. Monterrubio se llevó la victoria en Primera en Espartero, en una sublime pugna con José Gallego (Exposición)