La declaración de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad ha acuñado dos expresiones en tiempo récord: «qué alegría más grande» es la primera y «realmente, ¿para que sirve?» es la segunda. Felicidad y desconocimiento. A este último le queda todo un año por delante de pedagogía. Un concepto tan etéreo como es el aprobado por la Unesco deja en el ambiente unas dudas igual de etéreas: cual es la verdadera importancia del reconocimiento recibido en Etiopía. Si en la sociedad fallera aún hace falta explicar las virtudes, en la calle más.

«Es un orgullo muy grande. Es una forma de reconocer que es una gran fiesta» asegura Elisa, una ciudadana no fallera pero no hostil a la fiesta que pasa junto a la falla plantada en la «Plaza de la Crida», frente a las Torres de Serranos. Aunque luego, a la hora de profundizar, los pormenores son más difíciles. «¿Por qué se le ha nombrado? Porque es una fiesta con muchas cosas, ¿no?» dice otro de los visitantes el monumento que ha dejado Juanjo García. Que la designación haya sido en el mes de noviembre está privando a la falla de un flujo de visitantes más masivo, ya que los grandes grupos organizados empiezan a desaparecer y la zona de las torres, normalmente muy visitada, tenía menos animación que en anteriores ocasiones. Pero la suficiente para hacer a la falla carne de selfi.

En Etiopía, final del partido

«Los momentos históricos requieren celebraciones históricas. Y no tengo duda de que la declaración como Patrimonio de la Humanidad lo es. Y aunque la mayor celebración será en las Fallas de 2017, queremos hacer un aperitivo. Por eso invitamos a todo el mundo fallero y a toda la sociedad valenciana a celebrarlo con esta Crida tan particular» aseguraba ayer el concejal Pere Fuset aún desde Adis Abeba. Ayer ya no había prácticamente nada que hacer allí más que ver la incorporación de los últimos patrimonios. Y saborear el éxito.

La fallera mayor «se dirigirá a la Humanidad para decirle que las Fallas ya son Patrimonio». Esa será una de las características del festejo del domingo: Raquel Alario hará una intervención en varios idiomas. Ya el pasado mes de febrero, la fallera mayor del pasado ejercicio utilizó en su Crida no sólo el castellano y el valenciano, sino el inglés, francés e italiano, además de la lengua de signos. Ahora, a falta de que se pueda conseguir alguna traducción más, se pretende que haya más idiomas. No será un discurso árido, sino «guiños» como dicen en la organización. Pero que demuestre el carácter cosmopolita que ha multiplicado ahora la fiesta fallera con lo sucedido.

Si no hay cambio de última hora, la fallera mayor infantil, Clara María Parejo, también tendrá una pequeña intervención. No en plan «Crida» como Sofía Soler en las pasadas fiestas „ya le llegará ese momento„, pero sí que podrá expresarse.

En la zona privilegiada se ha invitado, tal como se desveló días atrás, a las falleras mayores de Valencia que deseen asistir. Así mismo, habrá una especial dedicación a las juntas locales. No en vano, la designación es para todo el conjunto de la fiesta, la del «cap i casal» y la de las poblaciones de la Comunitat Valenciana y más allá de esos límites. Artistas falleros, pirotécnicos, artesanos y los redactores del expediente ante la Unesco también estarán en la zona privilegiada, mientras que el grueso de la convocatoria será la de los propios falleros.

El único temor: la lluvia

El poder de convocatoria de esta Crida está por ver, aunque la respuesta a la «plantà« del miércoles es un buen augurio para los organizadores. Y más cuando el programa es extenso: discurso, piromusical de Ricardo Caballer, proyecciones y música. Hay comisiones que ya están organizando la liturgia habitual en esos domingos: quedar en el casal, comer y salir por la tarde hacia las torres.

La falla no se quemará donde ahora está plantada. Se desplazará ligeramente hasta el asfalto para evitar deterioros. Lo mismo que la «senyera» de las torres. Para poner la tirita antes que la herida, la JCF ya ha anunciado que tendrá que ser retirada „para evitar que se queme„ pero que la enseña «estará muy presente en los festejos».

El único problema, ahora mismo, es la previsión meteorológica, que anuncia riesgo de lluvia.