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A dos fallas y media por taller

Los 147 artistas de las fallas grandes de 2018 salen a una media de 3.000 euros al mes para pagar sueldos, local y material

A dos fallas y media por taller

Si la ciudad de València y poblaciones asociadas plantan 381 fallas (ayuntamiento aparte), y éstas se contratan a 147 profesionales diferentes, es matemática pura: cada artista planta dos fallas y media. ¿Es eso suficiente para mantener un taller?. Pues vale la pena aplicar otra matemática: el dinero declarado. Los 5.380.839 que costarán las fallas grandes, dividido por esos profesionales, supondría que cada taller ingresará tres mil euros al mes.

Con esa cantidad se tiene que pagar el local, los jornales, la Seguridad Social, el agua, la luz... y hacer dos fallas y media. Salta a la vista que, o hay un exceso de oferta de profesionales o hay que buscarse la vida o hay que malvivir. No salen las cuentas. Los talleres tienen que enriquecer sus presupuestos con otros trabajos: fallas de otras poblaciones, fallas infantiles, trabajar para terceros, hogueras de Alicante y otros encargos, ya sea desde carrozas a simples letras de corcho para bodas. O trabajar sólo a tiempo parcial.

La clasificación «a la carta» y la ligera recuperación económica ha propiciado una subida en la dotación, la oficial, de las fallas, pero no soluciona ni mucho menos el problema. Y que hay un exceso de oferta se demuestra con que este año se incorporan hasta doce nuevas firmas: Alfonso Almiñana, Alfredo Guillén, Andrés Sánchez, Asensio Martínez, Erik Martínez, Fernando López, Xesco Gil, Inmaculada López, Jesús Liñana, Lorenzo Santana y Vicente Zacarés. Entre los que hay jóvenes del ciclo formativo, artistas de infantiles que dan el salto a mayores y constructores de hogueras.

Un año más, el que más plantará es José Jarauta, que presentará once proyectos. Su taller es una verdadera factoría, pero de trabajo bien hecho: es el artista que, a lo largo de la historia, más victorias ha conseguido. Pero siempre en volúmenes manejables. Su falla más importante, Joaquín Ballester, será en Tercera C. Llama la atención que renovó en Pío XII-Jaume Roig. La comisión de Quart de Poblet premia su capacidad de reacción tras la caída del monumento, que fue reconstruido en horas y aún se llevó el quinto premio de su sección. Por contra, finaliza su periodo de casi 25 años plantando en Lope de Vega. A pesar de haber ganado los tres últimos años, ya ha hecho todo lo que tenía que hacer y se retira de allí por la puerta grande. Jarauta está a doce fallas de alcanzar la cifra de doscientas firmadas desde que debutó oficialmente en 2017.

Uno de los nombres del año es Arturo Vallés. Su taller está muy definido año tras año: mucha producción y, además, de muchos niveles. Pero este año batirá su récord de presencias en València con diez y debutará en Primera B con Obispo Amigó. No cabe duda que su nombre se ha revalorizado tras su más que buen 2017, rematado con la victoria en Segunda A para Barón de San Petrillo, donde, obviamente, repite.

El podio de participación lo completa Juanjo García. El rey histórico del ingenio y gracia planta nueve, una cifra que nunca había afrontado. Está en su particular segunda juventud y sus buenos resultados en ingenio y, lo que es más importante, en repercusión mediática, le han garantizado una producción abundante.

Por detrás hay nombres habituales, aunque destacan las ocho fallas de Luis Espinosa, otro que alcanza su máximo histórico. Algo que no es tan extraño en Toni Fornes, a quien le da tiempo tras su temporada en Colombia. Llama la atención la cada vez mayor producción de José Manuel Felip, que ha dado el salto definitivo a las fallas grandes en una carrera extraordinariamente fecunda, y que completará con siete infantiles, sólo para el «cap i casal». Aunque como llamativa también es la presencia del Pedro Espadero: el siempre solvente constructor de hogueras plantará seis proyectos, más que nunca después de 23 años haciendo «temporada de invierno» en València.

Los artistas de Especial tienen que plantar más productos para completar presupuesto de taller, y además en secciones altas. Eso permitirá ver un curioso suelo entre Carlos Carsí y Sergio Musoles, que plantarán cuatro fallas y en las mismas categorías: Especial (Antiga de Campanar y Duque de Calabria), Primera B (Lo Rat Penat y Jesús-S. Francisco de Borja), Segunda A (Doctor Olóriz y Pintor Salvador Abril) y Segunda B (Isla Cabrera y Doctor Serrano).

Otro de los aspectos llamativos es la cada vez mayor empleo de sociedades como contratantes. Se pasa del artista autónomo para poner unas siglas, en busca, entre otras cosas, de un alivio fiscal. Arte Efímero, EmC2 Escultura S.L., Gotes de Foc. Hasta José Jarauta firma ahora como Artes Plásticas Pepo S.L y Juanjo García lo hace como Juanjo Falles CB. Que calor fa en falles C.B., etcétera.

Los ausentes: Edo, Roca, Fabra, Santaeulalia...

La inestabilidad del oficio se demuestra no en los que están, sino en los que han desaparecido. Por no plantar en València, por cerrar y trabajar para terceros, por haber abandonado, definitiva o temporalmente el oficio, por jubilación, por pagar caro un mal año o incluso por emigrar a otros trabajos fuera de València.

Se echa de menos a los Daniel Jiménez Zafrilla, Sergio Edo, Enrique Burriel, Fede Ferrer, Paco Roca, Julio Fabra, Javier Igualada, Miguel Ballester... pero destaca sobre todo que, por primera vez desde 1991, cuando se estaba materializando el relevo generacional, no aparece el apellido Santaeulalia, dedicado cada hermano (Miguel, Pedro y Alejandro) a diferentes menesteres. Sí que lo hacen como diseñadores u otros, como Pedro, plantan en poblaciones.

También han desaparecido algunos de los nombres que empezaron a plantar en los últimos dos años y que no funcionaron.

José Latorre y Gabriel Sanz tampoco competirán este año, centrando su labor en la falla municipal.

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