Cinco puntos de acuerdo. Uno de aplicación inmediata y cuatro para estudiar. Ese es el resultado de las reuniones de trabajo mantenidas por la concejalía de Cultura Festiva y las "fuerzas vivas" de las Fallas (Interagrupación, federaciones de Especial, Primera A, Ingenio e Innovación, delegados de sector, gremios de artistas...) para tratar de virar la nave de la fiesta hacia su elemento básico: la obra de arte efímero, y tratar de mitigar la crisis galopante del oficio de artistas falleros.

Es el resultado inicial, que no final, de la campaña "Volem Falla" que aventura, en un primer análisis, una evolución lenta de los acontecimientos, cuyo resultado sólo se verá con el paso del tiempo, y siempre y cuando pase la prueba final del algodón: el refrendo de la asamblea de presidentes de turno. Y que, seguro, su posiblidad de éxito dependerá en gran medida de que no se pretenda realizar cambios abruptos en un sistema que, con virtudes y defectos, lleva funcionando muchos años y para el que, en caso de cambio, hará falta una dosis de persuación. Y para la que no faltarán apoyos entusiastas e intentos de dinamitación.

Clasificación de Fallas 2019

El acuerdo se basa en cinco puntos. El único de aplicación inmediata es el que era absolutamente necesario: las normas de la clasificación de Fallas de 2019. Finalmente, la propuesta incluye un mínimo para poder participar de 1.800 euros en la falla grande. Una medida suave, que tan sólo afecta a siete fallas y con un grado de dificultad más que cuestionable. Pero para no dar la sensación de que el peso del "Volem Falla" recae sobre las fallas más pequeñas, también las categorías altas suben sus mínimos. Por ejemplo, la Especial tendrá que llegar a 85.000 euros (aunque el año pasado ya cumplieron todas: Duque de Calabria, la que menos declaró, lo hizo con 90.000). El resto de la reglamentación sería la misma que el año pasado, con la posibilidad de elegir categoría, independientemente del dinero que se declare. La propuesta, que a la hora de la verdad no cambia demasiado lo realizado el pasado ejercicio, necesita el refrendo de la asamblea del día 14, aunque previamente se verá en el pleno del día 7.

Los otros cuatro puntos serán el resultado de una Comisión Consultiva que organizará el ayuntamiento, tendente a estudiar la mejora en el estatus actual. Puede marcar un antes y un después en el desarrollo de la fiesta o puede quedar en una absoluta pérdida de tiempo. Eso es algo que se verá en el futuro.

Bases para el concurso de Fallas

Por una parte, la elaboración de unas bases para el concurso de fallas. Es decir, un documento que sea lo más parecido a unas normas de valoración y conducta. Ya hay trabajo adelantado con el "catecismo" elaborado hace dos años por la Delegación de Falla. Se trataría de una forma no sólo de elaborar los veredictos, sino de poder razonarlos. Existe la posibilidad de que se pueda someter a votación para el concurso de 2019, puesto que hay varios meses por delante. Hay que recordar que, en la asamblea del martes 30 se puso en entredicho, a través del presidente de la falla Exposición, Manolo Más, la endogamia de los jurados, a lo que se le propuso elaborar propuestas alternativas.

Medidas y volúmenes

También se va a estudiar, a propuesta de los gremios de artistas, la posibilidad de elaborar un plan de medidas y volúmenes de cada monumento en relación a sus categorías. Una forma de imponer limitaciones a los artistas para que no caigan en la espiral de sinrazón de "poner falla" sin reparar en gastos. La viabilidad de limitar altura, dimensiones, ninots... todo analizado con pros y contras.

Del "mínimo" al "ratio"

También se estudiará la posibilidad de establecer los precios de las fallas por ratio de falleros. Es decir, eliminar el concepto de "mínimo" y repercutir en función al censo para establecer los mínimos.

Por poner dos ejemplos, que una comisión con 55 adultos no tenga problema, sí así lo desea porque cree en la Falla, en declarar 10.000 euros; pero que una de 250 adultos, por muchas cargas que tenga, no deba presentar un contrato de 1.500 euros. Dos casos que han sucedido en las pasadas fiestas. En cualquiera de los casos, todo serán estudios para tratar de conseguir esa reorientación. Y cuyo punto irrenunciable será, por sentido común, que la "cuota" destinada a Falla pueda ser asumible sin problemas.

El concepto de "profesional"

Por último, tambien se analizaría, y ahí tendrán buena parte de responsabilidad los gremios de artistas, la viabilidad que tendría el reclamar una exigencia técnica para poder plantar falla y sus efectos en el mercado. Se trata, en este caso, de un concepto muy técnico.

Fuset: "Hay convicción en buscar consensos"

El concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, ha dado por bueno el acuerdo (o el "principio de acuerdo"), aunque había mostrado su deseo de empezar con una propuesta de "mínimos" un poco más ambiciosa. Del primer punto acordado, la clasificación de fallas, aventuró que "la JCF asumirá la propuesta unitaria sobre los baremos para que pleno y asamblea puedan debatirla y aprobarla en junio. Mas allá del pragmatismo de este aspecto, que necesitaba de una decisión immediata para iniciar la entrega de contratos, y que se ha materializado en una propuesta de minimos realista para el contexto, exista la convicción unánime de todos los agentes por buscar nuevos consensos que puedan continuar dignificando la falla como epicentro de la fiesta y hacer frente también a la dificil situación de los artistas en sus talleres".

También se refirió a esa "comisión consultiva", de la que anunció que será mixta en agentes, que estará asistida por la Delegación de Falla d ela JCF, y que estudiará lo que va a ser una batería de "nuevas propuestas de futuro que de cara a ejercicios venideros refuercen la apuesta por la falla, eviten la competencia desleal entre artistas y protejan a un sector que depende de nuestra fiesta".

Señalaba precisamente como aspecto más urgente "dotar al concurso de fallas de unas bases de valoración definidas que ,respetando la creatividad y la diversidad artística permitan al jurado guiar su deliberación con criterios claros y objetivos en los que puedan apoyar sus decisiones. Un objetivo que debe ayudar a la transparencia del concurso de falla y también a valorar el trabajo de los artistas falleros como en cualquier otro ámbito artistico".

Consenso o batalla de egos

Obviamente, cualquier conclusión que realice la comisión consultiva deberá pasar por el refrendo de la asamblea de presidentes.

Sólo una comisión que refleje la pluralidad de la fiesta obtendrá el crédito necesario para poder llevar a cabo su objetivo. Por eso, la elaboración del listado de componentes de la comisión será un verdadero caballo de batalla porque ahí puede contar mucho la lucha de egos entre aquellos que estén representados, los que no, los que piensen que deberían estar (y no están) y los que se no deberían estar (y están). Dicho de otra forma, quienes se consideran o pueden considerarse "fuerza viva" de la fiesta y en la fiesta.