Con una puntualidad que nada tiene que envidiar a la inglesa, València se da cita todos los días a las 14 horas en la plaza del Ayuntamiento. Miles de personas se reúnen en sus inmediaciones esperando que las falleras mayores de la ciudad den el pistoletazo de salida al espectáculo pirotécnico. Pero, ¿quién trabaja para garantizar la seguridad de todas ellas?
Numerosas entidades preparan dispositivos sanitarios y de prevención cada año con el fin de «prestar atención a cualquier persona en caso de que se produzcan accidentes en el transcurso de las fiestas», como manifiestan desde Cruz Roja. En su caso, la institución humanitaria ha movilizado a más de 250 voluntarios y voluntarias del área de Socorros y Emergencias. Como reconocen, el operativo dispuesto para estas Fallas «puede realizarse gracias al personal voluntario y técnico de Cruz Roja», el cual está integrado por médicos, enfermeros, socorristas, conductores o coordinadores, entre otros. A estos se unirán 22 voluntarios más con formación y experiencia en servicios preventivos durante los cinco días de Semana Fallera. Llegarán la próxima semana, desde diversos puntos del territorio nacional, en la fecha en que se prevé mayor afluencia.
Además, Cruz Roja también despliega numerosos recursos materiales entre los que se encuentran cinco ambulancias de soporte vital básico y dos de soporte avanzado; tres vehículos de transporte de material; un centro móvil de coordinación; un Equipo de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIE); y dos postas sanitarias.
De este modo, diariamente se desplazan hasta la plaza del Ayuntamiento entre 12 y 14 conductores y técnicos de emergencias sanitarias; ocho enfermeros; cuatro médicos; 90 socorristas; un responsable del servicio y, por último, dos coordinadores. Aunque no son los únicos.
El Consorcio Provincial de Bomberos de València también efectúa un programa de actuación durante las «mascletades». Tal y como explica Jorge Sánchez, jefe de prevención de la entidad, el consorcio cuenta con un programa de actuación de fuegos artificiales. Su finalidad se centra en la prevención y el trabajo «in situ» en el caso de que alguna carcasa pudiese generar algún incendio, ejemplifica Sánchez.
Y es que, de las 1.000 intervenciones preventivas que efectúa anualmente el consorcio, el 50 % se concentra en la Semana Fallera. De este modo, en cada «mascletà» se disponen tres bomberos y un cabo, así como un camión autobomba. Llegan al enclave con 15 minutos de antelación antes de que se dispare el primer petardo y se sitúan en un espacio relativamente alejado de la zona de fuego. Además, su labor se desarrolla en colaboración con las personas voluntarias de Protección Civil. Tal y como afirma una operaria, la agrupación destina hasta una decena de voluntarios en cada disparo.
Acciones altruistas que tienen como objetivo garantizar la seguridad ciudadana y de las que los cuerpos de policía no han querido quedarse fuera. En este sentido, la actuación policial corresponde al nivel 4 de lucha antiterrorista y las labores contra el hurto y la atención de denuncias se intensifican. Aunque la apuesta más importante corresponde a la atención de malos tratos e intervenciones contra las agresiones sexuales.
