En un posible cambio de color en el ayuntamiento hay que contar con la presencia de Vox. Mucho tendrían que cambiar las cosas para que no todas las actas de concejal fueran necesarias (que PP y Ciudadanos se arreglaran en solitario) y a la formación verde ninguna encuesta le da menos de un edil. Otra cosa es que este partido entrara a formar parte del gobierno de la ciudad. Y aún que reclamara y conquistara una concejalía tan golosa como Fiestas. Pero Vox tiene algunos miembros de la sociedad fallera en sus listas y en el número tres a uno de los copresidentes de la Merced, Chimo Díaz (y expresidente de Exposición-Micer Mascó y de la Federación de Especial). Es él quien ha ejercido la portavocía de esta formación en temas relacionados con las fiestas. No han hecho puesta en escena de su programa, pero sí que han presentado puntos y opiniones.

Dentro de su programa destaca, por original, la propuesta o idea de que reclamar para la Concejalía de Fiestas la condición de elemento de consulta obligatorio ante cualquer reforma urbanística "al igual que intervienen la policía o los bomberos. Fiestas debe ser consultada antes de realizar ninguna acción en ningún barrio donde se pueda ver afectrada la plantà de una falla o las instalaciones de la Semana Fallera. No quiere decir que no se puedan llevar a cabo, pero se necesita esa voz". Como la del "Defensor del Fallero", para "jugar un papel intermediario entre las fallasy losorganismos municipales".

Vox es especialmente crítico con la fórmula de elección de la falla municipal "en un hito político por los diseñadores no falleros que lo alejan de la falla tradicional. ¿No quedan artistas falleros que comprendan realmente lo que es una falla?".

El argumentario carga sobre las situaciones polémicas de la fiesta, cargan la responsabilidad sobre el ayuntamiento. "Lo que no se puede tener en un Ayuntamiento es un concejal y presidente de junta que, cuando acaben las fallas, todo lo que comente vaya en contra de las propias fallas. Esto se tiene que terminar"

Y evitando cualquier responsabilidad propia: "Los falleros no tienen la culpa de los botellones. Los falleros organizan una verbena para sacar algo de financiación y para el festejo de la propia falla. Pero de ahí a querer decir que se hace un negocio con carácter lucrativo como dijo el señor Fuset, es inadmisible. Los falleros no quieren que se realicen botellones, ya que perjudican a las propias fallas".