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Laura Gil Murciano: Una fallera de Mislata que daría a la corte la primera fiesta de cumpleaños

Laura Gil Murciano: Una fallera de Mislata que daría a la corte la primera fiesta de cumpleaños

Las cortes de honor se reúnen con cualquier excusa. Las de 2020 podrían celebrar un cumpleaños nada más empezar a ejercer. Sería el 14 de octubre (que es una fecha en la que, teóricamente, estarán dado sus primeros pasos). Pero eso será si entre las trece está Laura Gil, la fallera de Salvador Giner-Gregorio Gea, comisión que logró doblete en la preselección de Mislata. Laura cumplirá 27 y aspira a ser la primera fallera adulta de esta comisión que llega a lo más alto después de las infantiles Clara Martínez en 1981 y las recientes Arantxa García y Akzara Moya en 2010 y 2011.

Su relación con la villa es peculiar. «Soy fallera de toda la vida de allí, pero ahora, que me he independizado, es la primera vez que he establecido allí la residencia». Tiene su explicación: «Mi padre abrió allí una clínica de fisioterapia. Lleva 40 años. Una vez, a través de un paciente, le convencieron para apuntarse a la falla... y desde entonces. Tanto, que yo soy fallera desde antes de nacer».

«Vivo al ladito de mi trabajo». Que no es otro que esa clínica paterna, Arturo Gil. «Acabé hace cinco años y tengo el master en recuperación funcional. ¿Trabajar con mi padre? No, no es difícil. Es diferente. Le admiro mucho y me ayuda. Pero la familia exige mucho más que cualquier jefe». Todavía no ha terminado su proyecto de superación personal. «Me gusta mucho la fisioterapia deportiva. Tambien trabajo mucho en geriatría y pacientes neurológicos. Son ramas muy diferentes. Pero también quiero hacer el doctorado y dar clases en la Universidad». Ir a parar a hacer la vida en Mislata «que para mi es un lugar muy especial por todas las vinculaciones que me unen a ella» es, finalmente, un cúmulo de casualidades de la vida. Porque «mi padre es de Salamanca. Mi abuelo era guardia civil y lo destinaron allí. Después le tocó València, ciudad de la que es natural mi madre, se quedaron...» y se creó una familia.

Ya fue fallera mayor de la comisión en 2011. «Era muy jovencita, con 18 años. Me lo pasé muy bien. Pero aún me quedé conla espinita de más. Ainhoa, la fallera mayor infantil, es muy especial para mi. Tenemos mucha vinculación las familias. Y en la fiesta de San Juan me propusieron ser mayor. Dije que sí y aquí estoy. Me lo he pasado muy bien». Llegando, de momento, a donde no llegó a primeros de década: la Fonteta.

No todo son fallas y recuperaciones en su vida. Es motera. «De carretera. Salgo con mi pareja». ¿Un plan fácil? «Subir al Garbí, por ejemplo, y seguir caminando hasta el mirador. Por la tarde». Tienen «una Kawasaki Z750. Yo soy el paquete. Conduce él. El super viaje largo está por hacer. Pero con otra moto que sea más cómoda». Aunque seguro que preferiría esperar y hacer otro viaje este año.

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