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Quiero ser fallera mayor de València

Segunda oportunidad para que la arquitecta técnica diseñe su sueño

Cristina Doncel Pérez | Falla Quart Extramuros-Velázquez (Olivereta)

Segunda oportunidad para que la arquitecta técnica diseñe su sueño

Soy la secretaria de mi falla. Y estoy orgullosa de serlo». Y por eso, Cristina se autorrellenó la hoja de inscripción, y la de su infantil, para optar a fallera mayor o corte. Y así hacerlo por segunda vez en los dos últimos años. «No ya sin miedo, sino con más ilusión si cabe. Si tienes un sueño has de perseguirlo. Me apoyan los compañeros de trabajo, la falla, la familia... estaba todo a favor. había que lanzarse a la piscina». Porque Cristina no fue fallera mayor en 2019. Sí en 2018. Y este año se reabrió una ventana. «Paula Pulido fue la fallera mayor». Se refiere a aquella por entonces niña que estuvo en la corte infantil de 2009 y a la que seguimos viendo en los años siguientes logrando premios en teatro y declamación. Decidió no presentarse porque está muy metida en su carrera de artista. Quedaba la plaza libre. «Se abrieron las listas para presentar candidata y decidí probar otra vez. Sólo me presenté yo». Y, de momento, ya ha llegado más lejos que el año pasado. «Y voy a la Fonteta con toda la ilusión del mundo». Quart Extramuros lleva un Siglo XXI dulce, con seis de sus ocho elegidas del año 2000 hacia adelante. La última, a lo grande: María Donderis, fallera mayor infantil en 2015.

También en su casa tienen vinculación artística, pero más desde el lado del despacho. Por parte de la familia Pérez. «Mi bisabuelo trabajaba para la Metro-Goldwyn-Mayer. Iba con la bicicleta de pueblo en pueblo llevando las películas. Mi abuelo, posteriormente, también estuvo en la dirección de los cines Capitol. Luego se fueron a Alcalá de Henares». Hicieron el viaje al revés, porque lo normal es que las falleras, como tantos miles de valencianos, procedan de personas que llegaron al "cap i casal". Como la parte Doncel, de Cristina, que conserva familiares en la villa cordobesa de Cabra.

Llegó a la preselección con los 25 años recién cumplidos. Coincidiendo con la fiesta de San Juan de la comisión. Y lleva en la comisión de Quart Extramuros toda la vida. «Mi padre vivía en Castan Tobeñas. Eran de la banda de música de la falla y acabaron por integrarse en la comsión. Y hasta ahora. Es la falla nuestra de toda la vida. Tan sólo estuve un año y medio en Olivereta-Cerdá y Rico siendo muy niña, casi de bebé».

Ahora le toca diseñar un nuevo proyecto. «Soy arquitecta técnica». Trabaja en el grupo Pavasal y es «auditora en materia de calidad, prevención y medio ambiente. Llevo casi tres años». Va subiendo peldaños. «Empecé haciendo las prácticas y después el Trabajo de Fin de Grado. Parece que les gusté como trabajaba y me hicieron una oferta». Tiene su mérito porque pasó la carrera en lo peorcito del socavón del ladrillo. «Éramos muy pocos en clase. Y muy pocas mujeres. Apenas empezamos sesenta y acabamos muy pocos». Para la corte empezaron trescientas y acabarán trece. Quizá ella sea una de ellas.

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