¿Por qué no secundó la propuesta de sus compañeros de profesión?
Mi posición durante todas las conversaciones ha sido que yo tenía trabajo realizado. Lógicamente en aquel momento no podías decir qué tenías hecho , pero tenía personajes realizados que me impedían modificar la escala. Yo no iba a provocar que la cabeza del personaje principal pasara a tener la mitad que los trabajos que ya tenía hechos. Además, mi modelo artístico es otro. No veía el sacrificio en quien estaba haciendo ya 14 metros o menos que dijera que se limitaba a 14 metros. No veía compromiso por ahí.
Se ha dicho que, durante el debate entre profesionales, usted acusó a los demás poco menos de que le querían condenar de antemano. ¿Fue un calentón?
Creo que la manera de enfocarlo no fue la mejor. Ya está. Tampoco creo que haya ninguna inquina personalmente. No lo creo. Bueno, yo sigo saludando a todos los que me saludan.
¿Por qué no cree entonces e la regla de los 14 metros?
Porque yo creo en la libertad y en el proyecto artístico de cada uno. Yo puedo hacer 14 metros y perder todo el dinero del mundo. Yo creo en que cada uno haga lo que crea conveniente y no me meto en el trabajo de los demás. No lo veo la solución.
Se dice de usted que no es un buen ejemplo empresarial. Es decir, que pone «demasiado» y que, a este paso, se arruinará.
Creo que mis cuentas sólo la saben mi gestor, mi mujer y alguna persona importante del taller. Le puedo asegurar que yo no le debo a nadie. Y quien diga que no tengo una economía saneada está mintiendo.
Nadie duda es que la profesión atraviesa una gravísima crisis por no hacer correspondencia entre ingresos y gastos.
Todo está complicado, es verdad. Pero muchos otros sectores están complicados. Éste no es una excepción. No tengo la panacea.
¿Cuanto medirá su falla?
Es una polémica que no hebuscado. El que quiera saberlo, que se compre un puntero láser.
