La Junta Central Fallera ha dado marcha atrás y regresa a la Mesa de Seguimiento apenas un día y medio después de haber anunciado su salida de la comisión mixta en la que, junto con representantes de la fiesta y la Consellería de Sanitat, se articulan las reglas del juego que debe regir la desescalada de la fiesta.

La rectificación se produce de una forma muy llamativa: la salida de la comisión la anunció la parte interesada, la Junta Central Fallera. Sin embargo, ahora es un comunicado de la Mesa de Seguimiento la que, aparte de "trasladar nuestro malestar por el inmovilismo que ha mostrado la administración autonómica ante les promesas realizadas", también anuncian "al colectivo fallero", que "la Mesa de Seguimiento de las Fallas continuará trabajando con la totalidad de los miembros que en su día la conformaron para que esas celebraciones sean posibles con las máximas garantías de seguridad". Dicho de otra forma, que la JCF vuelve al redil.

Más aún: la web de la JCF no ha dudado en publicar el primer comunicado que queja de la Interagrupación y su propia salida de la Mesa. Sin embargo, no ha hecho referencia a esta vuelta a la casilla de salida.

La decisión de la Junta Central Fallera había sorprendido por la forma de producirse -sin ningún tipo de consulta- y, sobre todo, porque abandonaba al resto de entidades festivas en la negociación: Interagrupacion y Juntas Locales. También había sido criticado por la oposición municipal, que veían en la decisión un componente político, una disputa entre los partidos del equipo de gobierno municipal, dentro de sus cíclicos desencuentros, puesto que dejaba claro que Compromís señalaba con el dedo al PSPV como responsable del parón en la desescalada. Pero con un factor incontestable: las instituciones están llamadas a entenderse, más que nadie, por lo que el abandono por parte del Organismo Autónomo Municipal parecía llamado a reconducirse más pronto que tarde.

El anuncio no implica que el malestar con Sanidad no continúe. De hecho, la parte "fallera" hace una especie de parón: "no mantendremos ningún tipo de contacto con la administración autonómica hasta que no se pronuncie al respecto durante los próximos días para reconducir una situación que puede llegar a ser insostenible".

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Teóricamente, el 1 de julio marcará el inicio de la desescalada, incluyendo la posibilidad de consumir dentro del casal, aunque sea sin funcionar las barras.

La Mesa de Seguimiento explica la necesidad de la desescalada para los casales falleros "que permita organizarse a las Comisiones para planificar las celebraciones dentro de los parámetros marcados por ellos mismos. Del Gobierno autonómico dependerá que la Fiesta de las Fallas sea posible a partir del 1 de septiembre con las máximas garantías de seguridad para que la llama del Patrimonio perdure por siempre" y dentro del ambiente políticamente caldeado, se posicionan claramente en contra del lado autonómico. "Emplazamos a la administración autonómica a fijar posturas, reconducir la situación y cumplir con las promesas dadas dentro de un clima de confianza y sin falsas verdades. Las Fallas somos apolíticas, así que por favor, no nos incluyan en un juego político del que nosotros como colectivo no tenemos ningún tipo de interés en formar parte".