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Ellas toman el poder en Ripalda

Todos los cargos festeros, incluidas ambas presidencias, son desempeñados por mujeres en la comisión del Carmen

Las cuatro representantes en la cena de la plantà infantil. levante-emv | LEVANTE-EMV

Cuatro mujeres al frente. Una gestión y una representación 100 % femenina. La falla Ripalda-Soguers tiene a Soraya Al-kharbutli Bas de presidenta, a Delia Madrid Contreras como Fallera Mayor, a Alba Molina Pérez de Fallera Mayor Infantil y a Pau Polo Gómez como presidenta infantil. Todo un acontecimiento por lo poco frecuente que es esta situación. «No debería ser raro, pero lo es, y eso es algo a cambiar», dice la presidenta de la comisión, Soraya Salah Al-kharbutli Bas. «Las fallas evolucionan y esto es una manera de evolucionar», detalla a Levante-EMV. Habla de lo inusual del hecho como el deseo de una normalidad futurible. «No es común, no se ve mucho pero espero que se normalice con el tiempo, podemos estar donde queramos», habla convencida de las mujeres.

El monumento infantil, hecho con materiales reciclados.

El cuadro de honor de Ripalda-Soguers repite. Las falleras mayores son las mismas que el año pasado, la novedad, en este caso, es la presidenta mayor y sobretodo la infantil.

«En mi caso, creo que es el único cargo que me quedaba por ostentar en la comisión», comenta entre risas Salah Al-kharbutli Bas. Aunque reconoce que es un año «difícil» y que ser presidenta de una falla conlleva muchas responsabilidades, estas fallas son para la entidad un «ensayo general para marzo».

En Ripalda-Soguers son mucho de teatro, lo cuenta la propia representante. Y por eso se toman este septiembre como la última práctica antes de las «fallas de verdad, las de siempre». Con todo, tienen mucha ilusión de compartir este ejercicio las cuatro juntas.

Pese a que sí se ha visto en los últimos años que una mujer sea presidenta, la homónima infantil es más difícil de encontrar. En el caso de Ripalda, la iniciativa es pionera en la comisión. «Es la primera vez que tenemos presidenta infantil». Llega un momento, cuenta Soraya, en el que las niñas no pueden ser Falleras Mayores. «A veces es porque el censo es grande y hay muchas candidatas de la misma edad, a Pau le pasó eso, intentó ser fallera mayor infantil pero se le pasó el turno». En Ripalda se elige por sorteo. Y Pau no salió. Entonces, «su madre propuso que fuera presidenta infantil y toda la comisión dijo que perfecto». Ahora tienen presidenta grande y la ‘presi’.

Es una falla familiar y es curioso ver como esta circunstancia se refleja en la representación. «Resulta que cuando fui Fallera Mayor, la que ahora lo es fue mi infantil. Somos amigas y además compartimos mandato entonces y lo volvemos a hacer ahora. Es un detalle gracioso», reconoce.

Las mujeres al poder. «Girl Power», publica la comisión en redes sociales cuando anuncia sus nuevas representantes. Las cuatro afrontan con ilusión este ejercicio aunque «con mucha prudencia». «Lo más importante es la salud y la seguridad», dice Soraya. El objetivo: llegar a la función de marzo en la situación más favorable. Para ello, el ensayo general deberá ser impecable.

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