Al poco tiempo de convertir parcelas de huerta en cuadrículas de ensanche, creando el nuevo barrio de Russafa, apareció una nueva comisión de falla. Que adoptó dos de los nombres de lugares geográficos propios de la zona: Cuba-Puerto Rico. En 1932, tienen datada su primera presencia en las calles. Desde entonces, han plantado con notable regularidad. Sin embargo, su historia es la de una paradoja: son una de las comisiones más galardonadas de la fiesta. Pero para ganar en la falla grande han tenido que esperar noventa años, tantos como tiene la comisión. Numerosos números uno tienen en las vitrinas, pero del concurso de calles iluminadas. Son los pioneros y, en la actualidad, los vigentes campeones. Pero fue el 16 por la tarde, mientras regresaban de los galardones infantiles, cuando recibieron la noticia de que, por primera vez, su falla grande logra la victoria. Una «cucada», dedicada a la costura, con colores vivos, surgida del taller de SacabutxArt ha saldado la deuda histórica con los ruzafeños.