Las Fallas han desarrollado, en la última época, una línea argumental que se separa, de alguna forma, de la primigenia, la crítica mediante el uso de la sátira. Ya se vio muchas décadas atrás con las fallas de exaltación o "apologéticas". La nueva vía está en consonancia con los tiempos que corren y en un mundo donde la concienciación social cuenta como nunca, también las obras efímeras se han hecho eco de esta realidad. Gracias a las Fallas, realidades de la cotidianeidad han cobrado forma. Y gracias a las Fallas, diferentes colectivos se han visto integrados en la sociedad que la rodea.

En este contexto, lo que ya no se puede ver in situ, las fallas, porque ya están quemadas, vuelven a la vida mediante un documental: "Responsabilidad en Llamas", que se estrenará hoy, a las 18 horas, durante la feria VLC Startup Market que tendrá lugar en la plaza del Ayuntamiento.

En esta película se hace un recorrido por la serie de fallas con conciencia social plantadas en los últimos años por el artista Raúl Martínez Ruiz.

Procedente de una dinastía de artistas falleros, Raúl Martínez planta fallas dentro de una línea clásica, con argumentos críticos y humorísticos. Pero es ya casi una marca del taller (Estudio Chuky) la serie de fallas que se han utilizado para visibilizar este particular compromiso. Enfermedades y cuestiones sociales se han plasmado en los monumentos. Alzheimer, Igualdad, Parkinson, Violencia de Género, Tercera Edad, Identidad de Género, etcétera, han tenido cabida en esta serie de fallas. La visibilización es de la enfermedad o la cuestión social, pero también de las asociaciones involucradas. Desde Cruz Roja a Aspanion, pasando por Avapace, Payasospital, Alana o Casa Ronald McDonald, entre muchos otros.

Unas obras muy reconocibles, además, por el particular trazo del estudio, que ha empleado para ello modelos reales que pasan a ser personajes de falla. El más famoso ha llegado en las fallas 2021: la falla dedicada a la identidad de género con dos falleras dándose un beso en Cronista Vicente Beguer de Torrent. Pero también la "falla de Ani", Carrera Malilla-Isla Cabrera, donde se ponía rostro al cáncer infantil. O la falla Sevilla-Denia de 2019, en la que el elemento identificativo fue la fallera mayor de València de 2018, Rocío Gil, convertida en mujer empoderada rompiendo las ataduras.

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Arde la falla contra la violencia de género con Rocío Gil de remate Levante-EMV

Y así, con citas también en Bailén-Xàtiva -una de las pioneras con "Memorandus", dedicada al Alzheimer, seguida por "Coactus", dedicada al Parkinson, y que incluso tras cambiar de artista, continúan con la misma línea argumental, dejando claro que se ha creado una tendencia-, García Lorca-Oltá (con su "Falla que no debería existir", ganadora del premio Caliu en 2019), Plaça de Torrent o Mariano Benlliure-Acequia Tormos. "Son temas que no suelen ser muy comunes que me interesa poner en la calle a debate para toda la gente".